Una invasión de muñecas espeluznantes y otros objetos fueron recolectadas en las playas de la Isla del Padre durante una operación de mantenimiento por parte de científicos marinos.
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Los miembros de la Reserva Mission Aransas del Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de Texas encontraron muchas cosas a lo largo de una excursión a lo largo de las playas de La Isla del Padre, pero los hallazgos más interesantes son muñecas o partes de muñecas.
Muñecas espeluznantes en la Isla del Padre
Muchos objetos son olvidados por las familias que visitan la isla cada año durante la época vacacional, pero el paso del tiempo y el desgaste del agua salada transforma esos juguetes en fetiches terroríficos dignos de una película de terror.
Muñecas con cabezas sin ojos, cuerpos mutilados, mechones de pelos desteñidos forman una colección macabra que los científicos recogieron en las playas de la isla. Durante años permanecieron en el mar hasta que las olas los devolvieron a la orilla de la playa formando un ejército que puede provocar pesadillas hasta al más valiente
Una pelota desinflada con una "happy face" sobrevive al paso del tiempo. Estudios científicos calculan que el plástico en el mar tarda entre 500 y 600 años para degradarse, pero por lo mientras, durante este proceso las figuras van adquiriendo formas caprichosas que inspiran miedo.
Un pequeño y horroso muñeco... los científicos le apodaron "Chucky", haciendo referencia a la cinta de terror del mismo nombre, muy popular en las salas de cine de los años 80's.
Lo que alguna vez recibió afecto de un niño quedó mutilado sobre la arena ardiente. Cientos de muñecos en condiciones similares fueron "rescatados" de la playa de la isla.
La "Sirenita" quedó abandonada por sus dueños. Millones de ellas se vendieron alrededor del mundo y fueron las fieles compañeras de las niñas en la playa, alberca o bañera.
Una muñeca, que por su estilo se nota que estuvo varias décadas perdida en el mar. Definitivamente el paso del tiempo no la perdonó.
Las inclemencias del tiempo transformaron de amor a miedo a quienes ven esta figura maltratada que alguna vez fue un tierno juguete
Un muñeco que perteneció a una aprendiz de maquillista, quien le dio rienda suelta a su talento con un marcador, aguantó los años y los colores no se degradaron.
Con las muñecas espeluznantes de la Isla del Padre bien se podría hacer una colección de horror en algún oscuro museo.