Las escuelas de Laredo no han quedado libre de la violencia con armas que han costado tantas vidas en Estados Unidos. Hace 27 años una jovencita de sexto grado de la Secundaria Memorial fue una de estas víctimas.
Se trata de Elizabeth “Lizzy” Rivera, una niña que era muy querida por sus compañeros y que tocaba en la banda de música de la escuela.
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Un 29 de agosto de 1995, una hora después de que terminaran las clases, Jonah Inverson, de 12 años y sus amigos, estaban pasando el rato cerca de uno de los baños de la escuela. Jonah llevaba consigo una escopeta recortada y estaba cargada. El arma la tenía en su casa y la metió escondida.
Eran alrededor de las 4:15 de la tarde. Elizabeth Rivera, también de 12 años, se acercó al grupo y entró al baño. Jonah le había pedido previamente a Elizabeth que saliera con él, pero ella lo rechazó.
Jonah la siguió hasta el baño y le apuntó con el arma a la cabeza. Ella se rió de él y trató de alejar el arma. Jonah apretó el gatillo y el arma se disparó, golpeando una bala en la cabeza de Elizabeth.
Acto seguido, dejó caer la escopeta y huyó de la escuela. El director de la banda, Wes Evans, escuchó el disparo y encontró a Elizabeth en el baño.
Se puso en contacto con la oficina principal y llamaron a la policía y a los paramédicos. Elizabeth fue trasladada en avión al Mercy Regional Medical Center donde murió a las 10:45 de la noche.
La Policía arrestó después al jovencito en su casa y lo acusó de intento de asesinato. Al día siguiente, el cargo fue elevado a asesinato. Fue procesado por el homicidio y sirvió una condena de 10 años pasando del sistema juvenil al de adulto.
En honor a Lizzy, directivos del Distrito Escolar Independiente de Laredo (LISD) le pusieron su nombre al salón de la banda de música de la secundaria Memorial.