Rodolfo Peña, en ausencia física, cumplió 23 años de edad el sábado pasado; murió el 5 de noviembre en una avalancha humana provocada por un rapero en un concierto en Houston, Texas, por ello su madre María de los Ángeles y sus hermanos Jennifer, Diana y Eduardo, no pudieron gozar de este joven quien era la luz de la familia.
Y todo porque el cantante de Hip Hop-Rap, Travis Scott, estuvo gritando al público en el estadio NRG ante 50 mil niños y jóvenes; “Quiero ver a algunos enloqueciendo, ¿quién quiere enloquecer?”.
Y así, al instante, desató el mortal maremágnum humano que cobró 10 vidas, incluida la de este chico fronterizo, graduado de la preparatoria Nixon, estudiante de la secundaria Lamar y escolapio de la primaria Ryan.
Ruddy Peña era jugador de futbol americano desde la escuela elemental hasta terminar la educación media superior, era un joven fuerte, pese a ello sucumbió ante un río de personas que se vinieron sobre él, hasta arrebatarle el último hálito de vida.
El joven se graduó de Justicia Criminal, el certificado fue entregado a su familia, post mortem, por la directiva y el buró del Colegio de Laredo.
La toga y el birrete de Rodolfo quedaron para siempre en manos de su madre María de los Ángeles, el chico no pudo asistir a la anhelada culminación educativa.
Ruddy dejó abruptamente sus sueños, a su familia, que nunca podrá resignarse a su pérdida terrenal.
“Era un chico muy feliz, alegre, le gustaba mucha la música, la fiesta, los bailes, los conciertos, él decía que iba a ser un influencer, le encantaba cantar y bailar, bromear, pero ya no le tenemos más”, dijo una entristecida joven Jennifer, su hermana y compañera de muchos momentos felices.
A sus funerales asistieron más de 2 mil personas, mucha gente le quería, adultos y niños, personas de todas las edades, tenía “ángel” para simpatizar con todos.
“Mi hijo era una luz, no nos resignaremos nunca”, dijo la afligida madre, quien tornando sus ojos al cielo y señalando con su índice diestro hacia arriba, concluyó; “La justicia divina será la que sin duda castigue, más aún si en la tierra no sucede tal cosa”.
Travis Scott, 'responsable'
El laredense Ruddy Peña injustamente murió escuchando a su ídolo, el famoso rapero Travis Scott, dentro del estadio NRG en Houston, Texas, el 5 de noviembre del año pasado; hasta la fecha nadie ha sido castigado por tan lamentable pérdida.
Rodolfo Peña, de 22 años de edad, falleció aplastado y asfixiado, víctima de la estampida humana provocada por las incitaciones del propio Scott ante la masa de jóvenes muy manejables, eran 50 mil cabezas reunidas, materia dispuesta para quien se ha distinguido por provocar -desde el escenario y a salvo- a los chicos en sus presentaciones, causando serios tumultos, con muchos arrollados y poli contundidos, pero nunca con muerte como ahora, una decena de fatalidades.
“Quiero ver a algunos enloqueciendo. ¿Quién quiere enloquecer?”, dijo Travis Scott a la muchedumbre, para volver a repetir el violento movimiento masivo y una vez más causar terror, sangre y atropellos, como tantas veces lo ha hecho, tal y como sucedió en Lollapalooza (Chicago) del año 2015 y en el 2017 en Rogers, Arkansas, entre muchos otras atropelladoras presentaciones, acontecimientos provocados por el propio Travis.
El monstruo humano esta vez enloqueció en el Festival Astroworld, en el atestado NRG Stadium, pero increíblemente, hoy nadie ha sido castigado por esta muerte y las demás, pues hubo en total 10 fallecidos y 300 heridos, con 25 hospitalizados.
Un año casi de la muerte de Ruddy y los otros, pero nada ha pasado, tal vez para los hombres, haya sido un “terrible accidente” y solo eso, no amerita nada más.