El fraude con Bitcoin está pegando en Laredo, van casi 10 casos en donde se piden cientos y hasta miles de dólares en envíos, los delincuentes sorprenden a confiados empleados de grandes consorcios, hoteles, restaurantes, tiendas departamentales o firmas trasnacionales, para el envío de mercancía retenida a cambio de depósitos en dinero encriptado.
“La llamada consiste en hablar a tal tienda departamental, hotel, restaurant u lo que sea, los maleantes se hacen pasar por una empresa proveedora que tiene un embarque de mercancía, paquetería, un envío de lo que sea, que pertenece al negocio local al que están llamado, pero les dicen que este comercio adeuda una cierta cantidad por tales productos, para liberárselos y enviárselos, les piden que les transfieran el adeudo, sugiriéndoles o indicándoles que lo más rápido y seguro es a través de los cajeros o máquinas ATM de Bitcoin”, explica Joe Baeza, Detective de Policía de Laredo.
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Cuando el incauto empleado, encargado de turno o gerente de una tienda o negocio diverso (son varios los ramos comerciales afectados), no verifica con la empresa si es cierto lo que le dicen en tal llamada y entonces confiadamente va y les deposita ese dinero en los ya muchos cajeros automáticos que hay en Laredo, entonces ya no hay vuelta atrás, ya no se puede recuperar el capital, pues les dieron un número de cuenta Bitcoin, el cual es cobrable y manejable desde cualquier parte del mundo.
Ahora en la ciudad ya hay varios puntos con estas ATM de Bitcoin, como centros comerciales, dentro de tiendas de conveniencias, en sitios públicos.
“Están por llegar a una decena de casos locales, los delincuentes toman al azar una ciudad y si ven que ahí les funciona el timo o fraude, entonces se quedan un tiempo, hasta que ya no es efectivo, ahora está sucediendo en Laredo”, explicó el vocero de Policía Municipal.
En las llamadas mencionan a gerentes divisionales, manager de distritos, a los mismos dueños de los negocios regionales o locales y demás datos que van soltando, los cuales hacen confiar a los empleados.
“Los dueños, franquicitarios, gerentes y supervisores deben de hablar con sus empleados, instruir a su cuerpo de trabajadores para que no caigan en el engaño, es dinero que ya no recuperarán, ni sabrán quien los timó”, concluyó Baeza.