Samuel Enrique López fue acusado de asesinar brutalmente a una familia de cuatro en Laredo Texas y hace unas semanas pidió al juez que no lo condenara la pena de muerte que es la pena capital en el estado de Texas.
Samuel Enrique López, el joven de 20 años, a través de sus abogados, presentó una denuncia ante Oscar J. Hale del Tribunal de Distrito Penal 406 del condado de Webb, para no ser llevado al pasillo de la muerte.
El joven es señalado y actualmente se encuentra en la cárcel por haber matado a su exnovia Lesly Sarahy Hernández, de 18 años, a su madre Zayra Marlen Fuentes, de 33 años, y sus hermanos Pedro Cruz, de 12 años, y Julián Saracho, de 2 años, en la ciudad de Laredo, Texas.
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Samuel Enrique López es acusado por haber perpetrado uno de los crímenes que ha conmocionado a la comunidad fronteriza de Laredo, según versiones el acusado asesinó a la familia de su exnovia, enojado por el despecho porque la chica terminó la relación.
Samuel Enrique López solicitó el 17 de diciembre que no se diera la pena de muerte como excusa por considerar que su abogado no podía hablar con él desde la fecha de su detención y había violado Sus derechos legales.
El jueves 16 de abril de 2020 LPD recibió una llamada de emergencia de una persona frustrada que le aseguró que estaba preocupado por la desaparición de toda su familia.
Los agentes se presentaron a las 6:30 de la tarde en la casa marcada con el 4500 Vanessita Court, en el sureste del área metropolitana de Laredo, y casi esquina con Materson Road.
En la casa, según asentaron los oficiales, había muebles tirados, objetos rotos y varias manchas de sangre.
Ante la probable comisión de un crimen mayor, los patrulleros pidieron la presencia de los agentes de la División de Homicidios del LPD para investigar el caso.
Uno de los agentes anotó en su reporte que alguien intentado limpiar algunas de las manchas de sangre con lejía.
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De inmediato se lanzó una alerta para buscar a los residentes de la casa ante la presunción de que estuvieran en peligro y todos los patrulleros del LPD recibieron imágenes de los cuatro miembros de la familia.
Hasta ese momento la investigación no apuntaba a que el presunto responsable fuera Samuel Enrique López, no era sospechoso del crimen y todo se concentraba en encontrar a las víctimas.
Un patrullero del LPD que salió a recorrer el vecindario reportó que en un lote baldío cercano a la casa había atisbado a una de las posibles víctimas.
Cuando los agentes de la División de Homicidios del LPD llegaron al lugar encontraron los cadávares de tres miembros de la familia asesinados y escondidos entre la maleza.
Los tres cuerpos tenían signos de haber sido asesinados con violencia, al ver profundas puñaladas y golpes por todo el cuerpo.
Un hecho dejó estupefactos a los agentes: el cuerpo del niño Julián Saracho no estaba en el primer solar baldío pero, cuando lo encontraron, además de haber sido asesinado también había sido abusado sexualmente con un objeto.
Por medio de las cámaras de vigilancia de los vecinos, los agentes descubrieron que el día anterior en la noche el exnovio de la muchacha había llegado a la casa de la familia y se le notaba muy violento.
López, según comprobaron los agentes al obtener registros de los teléfonos de la muchacha y el joven, había ido a la casa de su exnovia para confrontarla porque ella había terminado la relación precisamente por su carácter celoso y violento.
Según las autoridades, la discusión con la muchacha creció y en un momento la atacó a cuchilladas, con un instrumento de cocina, y cuando su madre se metió a defenderla también la atacó.
Los dos niños murieron tan solo por haber sido testigos del brutal ataque que perpetró López contra su hermana y su madre.
Con base en la evidencia, los agentes de la División de Homicidios emitieron una orden de arresto en contra de Samuel Enrique López, quien fue llevado a la sede del LPD.
En su declaración el muchacho admitió haber matado a la familia y contó cómo luego de matar a los dos mujeres y el niño mayor los fue a tirar a un baldío. Luego volvió a la casa y trató de limpiar las manchas de sangre.
Al niño menor, quien estaba aterrado, lo mantuvo amenazado mientras movía los cuerpos. Luego lo llevó a su casa en donde lo mató asfixiándolo, abusó de él, lo escondió en una bolsa negra y luego fue a tirarlo a otro baldío.
El juez Oscar J. Hale Jr. de la Corte Criminal 406 de Distrito en el Condado de Webb ya le respondió a Samuel Enrique López diciéndole que su petición no tiene fundamento y sí es elegible para ser condenado a la pena de muerte.
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Con información de Mundo Hispanico.