La noche del martes 9 de abril, una tragedia impactó a la ciudad de São Caetano do Sul, en Brasil. Dos jóvenes de 18 años, amigas de la infancia, murieron de manera instantánea después de ser atropelladas por un automóvil que cruzó el semáforo en rojo a gran velocidad.
El siniestro, que ocurrió a las 22:55 horas en la intersección entre la Avenida Goiás y la Avenida Dr. Augusto de Toledo, fue registrado por las cámaras de seguridad del lugar.
Te podría interesar
El automóvil negro, circulando a exceso de velocidad, irrumpió en el cruce peatonal sin reducir su marcha, a pesar de que las víctimas, que caminaban por el paso de cebra con la luz verde para peatones, estaban claramente visibles. El impacto fue tan brutal que los cuerpos de las jóvenes fueron proyectados más de 50 metros, según confirmaron los peritos forenses y los testigos.
Las cámaras de videovigilancia captaron el momento exacto del atropello, mostrando cómo el vehículo no hizo ningún intento de frenar y arremetió directamente contra las jóvenes. Tras el impacto, los cuerpos desaparecieron de la vista de las cámaras, mientras transeúntes y conductores, visiblemente impactados, detuvieron su marcha.
Investigación y situación legal del conductor
El conductor del vehículo, un hombre de 23 años fue detenido minutos después del incidente. Las autoridades informaron que se encontraba consciente y aparentemente no bajo los efectos del alcohol, aunque se están esperando los resultados de los exámenes toxicológicos.
Según las primeras investigaciones, el hombre será procesado por homicidio culposo con agravantes, debido al exceso de velocidad y la omisión del semáforo en rojo. El caso ha generado una gran conmoción en todo Brasil, con usuarios en redes sociales exigiendo justicia y mayor control sobre la imprudencia vial.
Antecedentes del conductor y posibles reformas
El conductor acusado tiene antecedentes por infracciones de tránsito, incluyendo una multa por exceso de velocidad en 2022. La Policía Civil también está investigando si el hombre estaba usando su teléfono móvil al momento del atropello, basándose en testimonios y en el análisis de las cámaras de seguridad.
Si se confirma que la conducción fue negligente, el acusado podría enfrentar hasta 10 años de prisión por homicidio culposo con agravantes.
Este caso ha reavivado el debate sobre la necesidad de reformas viales en Brasil, particularmente en lo que respecta a las penas por delitos de tránsito. Organizaciones civiles, como el Instituto Zero Mortes, han exigido que no se trate este caso como un simple accidente, sino como un acto de imprudencia criminal.
Además, el Consejo Nacional de Tránsito (CONTRAN) ha anunciado que evaluará nuevas medidas a nivel federal para fortalecer la fiscalización electrónica y mejorar la seguridad peatonal en las zonas urbanas del país.