El ataque contra Ale Acuña, profesor de kickboxing, dentro de un gimnasio en Carmen de Areco, provincia de Buenos Aires, se volvió un tema de conversación por la brutalidad con la que ocurrió y por las consecuencias que dejó en la víctima.
De acuerdo con el propio Acuña, el agresor entró al gimnasio durante una sesión de entrenamiento y, sin previo intercambio verbal, comenzó a golpearlo de forma directa; mientras lo atacaba, le lanzó frases como: “¿Querés pelear, pedazo de gil? Si no te la bancás, salame”.
La golpiza derivó en múltiples fracturas en el rostro, entre ellas:
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La complejidad de las heridas obligó a trasladarlo a centros médicos de mayor especialidad, como San Nicolás, donde será sometido a cirugías reconstructivas.
El caso ya está en manos de la justicia local tras la denuncia presentada por la víctima; por lo pronto, las autoridades han identificado al presunto agresor, aunque por ahora solo se mencionan sus iniciales o que se trata de un vecino de la zona, a la espera de confirmación oficial.
La investigación avanza bajo la figura de “lesiones graves”, un delito que se configura cuando la agresión pone en riesgo la vida, provoca inutilización de un órgano o genera una deformación permanente. La fiscalía está reuniendo testimonios y podría incorporar grabaciones de cámaras del gimnasio o sus alrededores para establecer cómo ocurrió el ataque y definir la responsabilidad penal del agresor.
