Lo que comenzó como un misterio se transformó en un encuentro sorprendente con la vida silvestre. Un hombre residente de Altadena, California, en Estados Unidos, se llevó la sorpresa de su vida al descubrir que un oso de más de 200 kilogramos había convertido su sótano en su guarida invernal.
Todo empezó cuando el propietario notó daños inexplicables alrededor de su vivienda. Pisadas, muebles movidos y objetos dañados eran solo algunas señales de que alguien, o algo, rondaba su propiedad. Para descubrir al responsable, decidió instalar una cámara de seguridad. La respuesta fue más impactante de lo que jamás imaginó: no se trataba de un ladrón ni de algún vecino travieso, sino de un enorme oso negro.
El animal, según expertos locales en fauna, probablemente buscaba un refugio seguro para hibernar durante los meses fríos, y encontró en el sótano de esta casa un lugar perfecto. Los especialistas aseguran que aunque los osos negros suelen evitar el contacto con humanos, buscan espacios tranquilos y oscuros durante su periodo de inactividad, por lo que el sótano le resultó irresistible.
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Ahora, el dueño de la casa enfrenta un dilema poco común: cómo recuperar su hogar sin poner en riesgo su vida ni la del animal. Las autoridades de control de fauna del condado han sido alertadas y trabajan en un plan seguro de reubicación del oso.
Mientras tanto, la comunidad de Altadena observa atónita cómo este gigante peludo ha convertido un espacio doméstico en su propio santuario.
El caso ha generado gran interés en redes sociales, donde usuarios comparten desde consejos de seguridad hasta memes sobre “inquilinos inesperados”. Este incidente recuerda la delgada línea que a veces separa la vida urbana de la naturaleza, y cómo la curiosidad y la precaución son claves cuando se convive aunque sea temporalmente con la fauna salvaje.
