La Navidad y las fiestas decembrinas suelen asociarse con alegría, reuniones familiares y regalos. Sin embargo, para muchas personas, estas fechas pueden generar tristeza, ansiedad o incluso insomnio.
Este fenómeno es conocido como “depresión blanca” o “blues de Navidad”, un trastorno anímico temporal que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha estudiado ampliamente.
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La profesora Patricia Bermúdez Lozano, de la Facultad de Psicología de la UNAM, explica que este malestar se debe a múltiples factores sociales, familiares, económicos y personales.
Se trata de un trastorno que ocasiona insomnio, ansiedad, tristeza, falta de apetito y mal humor de forma temporal, provocado por las percepciones familiares y sociales que muchas personas no logran cumplir.
Muchos enfrentan rupturas amorosas o conflictos familiares, otros han perdido a seres queridos o no pueden reunirse con su familia por trabajo. Además, la falta de recursos económicos puede impedir disfrutar de cenas o regalos, y el incumplimiento de objetivos personales genera sensación de estancamiento. Sumado a esto, el frío invernal y la baja exposición a la luz solar afectan la producción de melatonina y serotonina, neurotransmisores relacionados con el placer y la felicidad.
A pesar de estos factores, existen estrategias sencillas para sobrellevar los síntomas y disfrutar de la temporada:
- Gestionar pensamientos y emociones: Evitar sobrepensar situaciones hipotéticas y reflexionar sobre los sentimientos. Aprender a perdonarse a uno mismo y a los demás puede reducir la carga emocional
- Realizar actividades placenteras y altruistas: Hacer ejercicio, asistir a talleres, salir con mascotas o pasar tiempo con amigos y familiares. Ayudar a otros también fortalece la sensación de bienestar
- Alimentación saludable: Consumir alimentos ricos en vitaminas C y D ayuda a mantener el sistema inmune fuerte y a regular la producción de serotonina y melatonina, esenciales para el equilibrio emocional durante el invierno
La especialista enfatiza que no se trata de un problema individual, sino de un fenómeno que afecta a muchos. Reconocerlo y aplicar estrategias de cuidado personal puede ayudar a sobrellevar el blues de Navidad y reducir su impacto emocional. Buscar apoyo profesional es recomendable si los síntomas persisten.
En estas fiestas, es importante recordar que sentirse triste no es un defecto ni un fracaso, es un reflejo de la complejidad emocional que puede surgir durante la temporada, y con las herramientas adecuadas, es posible encontrar bienestar y alegría en medio del frío y las luces navideñas.
