A principios de julio, cuatro personas resultaron heridas en un ataque de tiburón durante las celebraciones del Día de la Independencia de Estados Unidos en la Isla del Padre Sur, Texas. Este incidente es parte de una serie de encuentros con escualos que también se han registrado en Florida a lo largo de este verano.
En junio, las autoridades emitieron una advertencia a los bañistas en la costa del Golfo de Florida después de que una mujer y dos adolescentes resultaran heridos en dos ataques separados de tiburón. Además, un hombre fue lesionado esta semana en los Cayos de Florida mientras pescaba, cuando un tiburón lo atacó.
Ataques de tiburón toro
A pesar de estos reportes, los expertos de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas, Atmosféricas y de la Tierra aseguran que no hay evidencia de un aumento en la frecuencia de los ataques este año en comparación con otros años. Hasta el momento, se han registrado diez incidentes de este tipo, y no se espera un incremento significativo.
El pasado lunes, un hombre de 37 años fue mordido en las piernas y el torso por un tiburón toro mientras pescaba con arpón en los Cayos de Florida. Aunque sufrió heridas graves, actualmente se encuentra en recuperación en el hospital.
José Ángel Hernández, víctima del ataque, comentó en una entrevista que "la única opción es intentar escapar del tiburón". Su caso es solo uno de los varios que se han registrado este año, incluido el condado de Volusia, donde se produjeron cuatro ataques durante la semana del 4 de julio.
Mikki McComb-Kobza, directora ejecutiva del Ocean First Institute, explicó que la razón detrás de estos encuentros radica en la coexistencia entre humanos y tiburones en sus hábitats naturales.
Cuando las personas disfrutan del agua y los tiburones se alimentan en ella, es inevitable que ocurran estas interacciones. Sin embargo, esto no significa necesariamente un aumento en la cantidad de mordeduras, sino que ahora se reportan con mayor frecuencia
Florida, conocida como la capital mundial de los ataques de tiburón, registró 16 incidentes el año pasado. Con 10 ataques en lo que va de año, los expertos creen que la situación está dentro de la normalidad.
John Hlavin, estudiante de doctorado en la Escuela Rosenstiel, señaló que estos casos son extremadamente raros, con estimaciones de ocurrencia que varían entre uno de cada 11.5 millones y uno de cada 200 millones.
Aunque el tiburón toro fue responsable del ataque, los expertos aseguran que esta especie no es la más común en Florida. La mayoría de las mordeduras provienen de tiburones de punta negra, que suelen causar lesiones menos graves.
Los expertos destacan que, aunque los reportes de ataques aumentan en los meses de verano, no hay evidencia que sugiera que esto se deba a un cambio en la conducta de los tiburones. De hecho, algunas especies están desplazándose hacia el norte debido a la capacidad de tolerar aguas más frías, lo que podría reducir la presencia de tiburones en ciertas áreas de Florida.
Para minimizar el riesgo de un ataque, los especialistas recomiendan seguir algunas pautas: nadar siempre en grupo, evitar usar joyas en el agua, no salpicar excesivamente, nadar durante el día cuando hay más luz, y evitar áreas donde se observen peces o aves alimentándose.