En el mundo se han catalogado más de 50,000 especies de arañas, según el Museo de Historia Natural de Berna, Suiza.
Aunque la mayoría de estas especies no son peligrosas, algunas ocupan un lugar destacado entre los animales más peligrosos del planeta.
Un ejemplo es la araña violinista mediterránea (Loxosceles rufescens), también conocida como araña reclusa parda mediterránea o araña de los rincones.
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Este arácnido, de entre 4 y 5 centímetros con las patas extendidas, pertenece al género Loxosceles, un grupo de arañas cuyo veneno es altamente peligroso.
A pesar de su pequeño tamaño, el veneno de la Loxosceles rufescens es necrotizante, lo que significa que puede causar la muerte del tejido en el lugar de la picadura, provocando lesiones graves que pueden convertirse en úlceras y, en casos extremos, ser letal para los humanos.
De hecho, recientes casos en Italia han demostrado que esta araña puede causar la muerte por shock séptico y fallo multiorgánico.
El Instituto Butantan, una institución científica de Brasil explica que el veneno de esta araña puede pasar desapercibido al principio, pero en cuestión de horas o días, puede provocar dolor intenso, enrojecimiento y lesiones graves.
La Academia Americana de Dermatología (AAD) también advierte sobre síntomas más graves como fiebre, escalofríos y malestar general.
En estos casos, se recomienda lavar la zona con agua y jabón, aplicar hielo para reducir la hinchazón y buscar atención médica inmediata.
El nombre de araña violinista mediterránea proviene de una marca en su dorso que recuerda la forma de un violín.
Esta especie se encuentra principalmente en regiones cálidas y secas y es originaria de América.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, es parte de una familia que incluye otras especies igualmente peligrosas.
Si te encuentras con una araña como esta, el Instituto Butantan recomienda no tocarla directamente.
En su lugar, lo mejor es usar una escoba u otro objeto para alejarla de tu hogar, ya que estos arácnidos suelen huir de los humanos, pero pueden picar si se sienten amenazados.