En un polémico veredicto, un tribunal revolucionario iraní condenó a muerte al rapero Toomaj Salehi por su presunta participación en las protestas desencadenadas tras la trágica muerte de Mahsa Amini.
La joven fue detenida por llevar mal puesto el velo islámico, y su fallecimiento provocó una ola de indignación y movilizaciones en todo Irán.
Condenan a muerte a rapero
El abogado de Salehi, Amir Raesian, informó a los medios locales que su cliente fue hallado culpable de varios cargos, incluyendo sedición, propaganda contra el sistema, e incitación a los disturbios durante las manifestaciones.
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Estos delitos, según el tribunal, constituyen un acto de "corrupción en la tierra", una acusación que abarca una amplia gama de infracciones contra la seguridad pública y la moral islámica.
La sentencia de muerte ha sido calificada como "sin precedentes" por parte del abogado defensor, quien anunció su intención de apelar la decisión.
Salehi, conocido también por su nombre artístico Toomaj, había sido arrestado previamente en octubre de 2022 bajo cargos similares relacionados con su presunto apoyo a las protestas por la muerte de Mahsa Amini.
Este no es el primer encontronazo del rapero con las autoridades iraníes. En enero de 2022, Salehi fue condenado a seis meses de prisión y una multa por incitar a la violencia y la insurrección, aunque la pena de cárcel fue suspendida.
Además, su colega y también cantante, Shervin Hajipour, recibió una condena de tres años y ocho meses de prisión por supuesta propaganda contra el sistema e incitación a los disturbios, debido a su canción "Baraye" (Para), que se convirtió en un himno para las protestas.
Las manifestaciones que siguieron a la muerte de Mahsa Amini llevaron a un estallido social sin precedentes en el país islámico, con demandas que iban desde reformas en las leyes de vestimenta hasta el fin del régimen islámico.
La brutal represión que siguió a estas protestas resultó en cientos de muertos, miles de detenidos y la ejecución pública de varios manifestantes.
El caso de Tomaj Salehi arroja luz sobre la continua lucha por los derechos civiles y la libertad de expresión en Irán, así como sobre el papel de la música y el arte como formas de resistencia en un contexto de represión política.
Mientras tanto, las autoridades iraníes han intensificado sus esfuerzos para imponer el uso del velo islámico, desplegando nuevamente a la llamada Policía de la Moral en las calles del país.