En un caso que pareciera sacado de una película de acción, una mujer murió tras haberse robado una patrulla de policía y haber atropellado a dos personas en la persecución en su contra.
Los hechos ocurrieron en Florida, Estados Unidos, donde Kendra Boone, de 33 años, desató una peligrosa situación luego de que robó el vehículo de un alguacil del condado de Marion.
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El evento sucedió cuando la implicada intentó robar las llaves del auto de una abuelita en el centro comercial de Silver Springs. Por el altercado, un oficial de policía se presentó en el lugar para detener a Boone, quien aprovechó la distracción del momento para correr hacia el auto policial, el cual se encontraba con el motor en marcha.
Peligrosa persecución
Kendra Boone inició así una peligrosa persecución por las calles de Marion, alcanzando velocidades de hasta 160 kilómetros por hora. Todo acabó cuando intentó rebasar a un camión, perdiendo el control y cruzando al carril contrario para impactarse contra una camioneta.
Tanto Boone como dos de los ocupantes de la camioneta (el conductor, de 73 años, y una pasajera, de 72 años, de Waterloo, Carolina del Sur) fueron declarados muertos en el lugar.
El sheriff del condado de Marion, Billy Woods, dijo en rueda de prensa sentir gran frustración y dolor ante la pérdida innecesaria de vidas, eximiendo de culpa al alguacil cuyo vehículo fue usurpado y criticando duramente los funcionarios que permitieron a Kendra Boone estar en libertad.
Justamente la implicada en la persecución contaba con 13 cargos por delitos graves y nueve por delitos menores a su nombre, siendo condenada y liberada recientemente, una decisión que, según Woods, resultó en consecuencias mortales para los involucrados.