A través de redes sociales se viralizó la historia de un niño de tres años, quien casi muere por comerse un raspado de fresa, el cual le causó un desmayo inesperado y otros problemas de salud.
Los hechos ocurrieron en Inglaterra, donde Victoria Anderson atendió el caso de su pequeño Angus, quien había consumido un producto helado conocido como Slushy durante un día de compras en el supermercado local el pasado 4 de enero.
"Angus nunca antes había probado un granizado. Esta era su primera vez. Sus hermanos los habían comido antes en verano como regalo", indicó la mujer a medios locales.
Después de comer el raspado sin problemas aparentes, el niño comenzó a sentirse cansado media hora después, cayendo inconsciente en otra tienda.
"Después de beber el granizado, fuimos a otra tienda y Angus seguía diciendo que quería irse a casa. Él gimió de nuevo y yo dije 'nos vamos a casa ahora, solo un par de minutos más', aseguró preocupada.
Aterrada de lo que le estaba pasando a su hijo, llamó a emergencias, quienes indicaron como el pequeño estaba "ligero y frío como una piedra" cuando lo atendieron en el lugar.
Luego de trasladarlo al hospital, los médicos le indicaron a la madre de Angus que este había sufrido una intoxicación por glicerol, el cual lo habría puesto en un estado "borracho" y peligrando su vida.
"Tenía miedo de que muriera, considerando la forma en que cayó y lo fláccido que estaba y lo insensible que estaba. Le dieron un golpe en la pierna y ni siquiera se inmutó".
La Agencia de Normas Alimentarias (FSA) emitió una nueva guía voluntaria para la industria sobre el glicerol en raspados en agosto de 2023, advirtiendo que no deben venderse a niños de cuatro años o menos. Según el organismo gubernamental, en niveles de exposición muy altos, la intoxicación por glicerol puede provocar shock, hipoglucemia y pérdida del conocimiento.
Afortunadamente todo salió bien para Angus, quien se recuperó de esta intoxicación casi mortal por el raspado. Por todo lo anterior Victoria, la madre del niño de 3 años, pide a las autoridades negar la venta de este producto a los niños, ante la preocupación de muerte.