Si querías saber sobre la existencia de un lugar que sea considerado el infierno en la Tierra, podrás encontrarlo en Estados Unidos, donde hay un pueblo que lleva medio siglo ardiendo en llamas, y así continuará durante cientos de años.
Ubicada a 250 km de Nueva York y a 300km de la capital del país americano Washington D.C, Centralia, en el pasado un poblado en la región del carbón de los Montes Apalaches de Pensilvania, tiene esta increíble distinción, pues bajo su suelo, se encuentra un super incendio que no ha dejado de quemar su combustible desde mayo de 1962.
Incendio en Centralia
El infierno en Centralia comenzó en el basurero de la ciudad, que estaba ubicado dentro de una fosa abandonada de la mina. Durante las actividades previas al Día de los caídos, celebrado cada último lunes de mayo, se comenzó a incinerar todos los residuos que se encontraban allí.
Lamentablemente, lo que parecía un incendio controlado, se propagó rápidamente al encenderse una veta expuesta de carbón, la cual se expandió por varios de los caminos subterráneos de pueblo.
Desde el interior de la mina empezaron a salir gases tóxicos y las casas comenzaron a sentir los estragos de este siniestro. Muchas opciones fueron barajadas para apagar el incendio, sin embargo, ninguna dio resultado, pues las temperaturas extremas, aunado al contenido inflamable, hacía de este reto casi imposible de cumplir con los métodos de ese entonces.
Pese a que muchos pobladores decidieron vivir con el fuego bajo sus pies, el Gobierno de aquél entonces decidió reubicarlos por seguridad, invirtiendo 42 millones de dólares.
Hoy, Centralia es una ciudad fantasma ardiente en la que nadie puede vivir. De hecho, en 2002, Estados Unidos decidió eliminar el código postal de la zona y bloquear la parte de la ruta 61, que atraviesa el pueblo, para que los turistas y curiosos no puedan ingresar y ver el infierno en la Tierra.