La biodiversidad del estado de Texas permite que este territorio tenga entre 80 y 90 especies diferentes de serpientes, por fortuna el 90 por ciento de estas no son venenosas.
No por eso hay que bajar la guardia, hay que estar siempre atento, ya que, en cualquier momento, al encontrarte en su hábitat, puedes encontrarte frente a frente con una de ellas.
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Paul Crump, herpetólogo del Departamento de Parques y Vida Silvestre de Texas, expone que Texas es el hogar de cuatro serpientes muy venenosas: la cabeza de cobre, la boca de algodón, la serpiente de coral y la serpiente de cascabel.
Hay entre 80 y 90 especies de serpientes en Texas. La mayoría de ellas no son venenosas. Nueve de cada diez serpientes son completamente inofensivas y no pueden causarte ningún daño físico
A continuación, te damos una lista de las cuatro serpientes más venenosa que puedes encontrarte en el estado de Texas.
Serpiente cabeza de cobre
La serpiente cabeza de cobre (Agkistrodon contortrix) es una especie de reptil venenoso de la familia Viperidae y subfamilia Crotalinae.
Es experta en camuflaje, esta especie puede sorprender a un excursionista desprevenido con una mordedura muy peligrosa.
De acuerdo a un artículo del National Geographic, las cabezas de cobre pueden sobrevivir con facilidad en zonas urbanizadas, como los barrios de los alrededores
Esta especie es responsable de la mayoría de las mordeduras de serpientes venenosas que se producen cada año en Estados Unidos.
Serpiente boca de algodón
La boca de algodón (Agkistrodon piscivorus) es una especie de crótalo, los ejemplares adultos son grandes y capaces de producir una mordida dolorosa y potencialmente fatal.
Lo que puede ser una buena noticia es que en rara ocasión los machos territoriales se acercan a los intrusos de manera agresiva.
Se trata del único crótalo semiacuático del mundo, por lo general suele encontrarse en o cerca del agua, particularmente en lagos poco profundos y con poco movimiento, además de arroyos.
Lo sorprendente de esta especie es que es muy buena nadadora, incluso se adentra en el mar, por lo que ha colonizado islas frente a las costas del Atlántico y del Golfo de México.
Serpiente de coral
Es diminuta, pero muy temida por su mordedura; es conocida por ser una de las más venenosas, aunque en primera instancia no causa los efectos temidos, ni dolor.
Pero si no se aplica un antídoto, la neurotoxina comenzará a perturbar las conexiones entre el cerebro y los músculos, provocando dificultades en el habla, visión doble y parálisis muscular y, en último término, paro respiratorio y cardíaco.
La serpiente coral se ve muy poco, por lo general solo muerde a los humanos si la pisan o tratan de cogerla.
Para inyectar el veneno a su víctima debe masticar, literalmente, a esta; la mayoría de las mordeduras a humanos no son mortales.
La serpiente coral es “pariente” de la cobra, la mamba y la serpiente marina.
Serpiente de cascabel
Las serpientes de cascabel (Crotalus) son venenosas y endémicas del continente americano, desde el sureste de Canadá al norte de Argentina.
A excepción de una especie, la catalinensis, estas víboras son fácilmente reconocibles por el característico sonido de su cascabel, el cual se encuentra en la punta de la cola.
La base de datos “Naturalista” considera a este género como el más venenoso de Norteamérica. Ciertas especies de la serpiente de cascabel pueden alcanzar los 2.5 metros de longitud y los 4 kilos de peso.
Las serpientes de cascabel tienen más probabilidades de encontrarse en zonas naturales rurales, que en un vecindario concurrido.