Rex Heuermann, arquitecto de 59 años que ha residido la mayor parte de su vida en el condado de Nassau y laborado en Manhattan, fue arrestado en Nueva York, acusado de ser el llamado asesino serial de Gilgo Beach, es decir, que sobre él pesan una serie de crímenes sin resolver desde hace más de 10 años.
Sus posibles víctimas mortales son Melissa Barthelemy, Megan Waterman, Amber Costello y Maureen Brainard-Barnes, más otras siete mujeres sin identificar.
Ellas cuatro fueron halladas con días de diferencia envueltas en tela de arpillera (para costales y alfombras). Habían sido vistas por última vez entre julio del 2007 y septiembre de 2010.
La gran mayoría de las occisas habían sido trabajadoras sexuales, por lo que sus homicidios guardaban esa similitud. Sus casos fueron un misterio durante mucho tiempo e incluso se hizo una película llamada “Lost Girls”.
Según la investigación, el "asesino de Gilgo Beach" usó el celular de al menos una de sus víctimas para llamar a su familia y aceptó haberla matado y abusado sexualmente de ella.
Heuermann es casado y padre de una hija y un hijastro; trabajaba como arquitecto en una empresa con sede en Manhattan.
La casa donde Heuermann ha residido desde niño se mantuvo abandonada durante muchos años, y se ve fuera de lugar entre las demás residencias, de acuerdo a uno de sus vecinos.
Fue raro. Parecía un hombre de negocios, pero su casa es un basurero
Las autoridades del condado de Suffolk señalaron que el sujeto fue acusado de tres cargos de asesinato en primer grado y tres cargos de asesinato en segundo grado, de los que se declaró inocente; en su primera comparecencia guardó silencio, y sólo habló su abogado; su próxima cita en la corte se programó para el 1 de agosto.
La prima de Melissa Barthelemy, Amy Brotz, señaló que la aprehensión los conmocionó y alivió después de tantos años.
Nunca pensé que encontrarían a esta persona
Por su parte, Kathy Hochul, gobernadora de Nueva York, señaló que este día tardó mucho en llegar.
Con suerte, este día traerá paz a esta comunidad y a las familias, una paz que se ha retrasado mucho