Un nuevo descubrimiento en el Océano Pacífico avivó la conversación sobre la vida inteligente fuera de la Tierra. El hallazgo de Avi Loeb, científico de la Universidad de Harvard, despertó el debate en la comunidad de intelectuales.
El estudioso realizó una expedición en el fondo del Océano Pacífico y allí halló 50 piezas de “esférulas cósmicas”, las cuales, según él, pertenecen a un vehículo extraterrestre.
Este material fue rescatado de las entrañas del océano a través de un remolque magnético, el cual atrajo a las pequeñas esferas metálicas. En un principio, se pensó que eran fragmentos de hierro, pero tras varios estudios, se dictaminó que era una aleación entre acero y titanio. Con esta premisa, descartaron que se tratara de un meteorito natural y se le adjudicó un origen artificial.
Avi Loeb, junto a su colega Amir Siraj, afirmaron con un 99 por ciento de certeza que estos restos pertenecían a un cuerpo que viajó a la Tierra desde otra estrella. No obstante, la comunidad científica puso en tela de juicio los descubrimientos y las conclusiones de Loeb.
Loeb recibió fuertes críticas
Mónica Grady, profesora en Ciencias Planetarias y Espaciales de la Open University, comentó que se tratan de “gotas del espacio”, las cuales se solidifican al ingresar a la Tierra, por lo que finalmente mutan en esferas metálicas; de este modo, descartó su origen artificial.
Asimismo, la científica adelanta que es muy pronto para realizar conclusiones sobre que se trate de una nave extraterrestre. Grady comentó que se necesitan mayores pruebas para poder apoyar la teoría de Avi Loeb y su nave interespacial.
Pese a las críticas, Avi Loeb se mantiene firme con su postura y califica a sus detractores como “personas estrechas de miras”. En entrevista para ABC reconoció: “Mis ideas son una especulación, pero una especulación muy probable y que es necesario investigar”.