Karma o justicia divina fue lo que le ocurrió a un ladrón que, luego de intentar el robo de una casa habitada por una familia, murió por el estrés de su actividad, siendo abandonado por su cómplice que lo dejó a su suerte.
Los hechos ocurrieron en un domicilio ubicado en el barrio Cerro Colorado, del municipio de Arequipa, Perú. Fue por la noche cuando el dueño de la propiedad, Javier Llerena, escuchó ruidos en su puerta, tomando acciones para levantarse de su cama y verificar qué es lo que estaba pasando.
Al llegar a su entrada principal se encontró con un enorme hoyo por donde dos hombres habían entraron para robar las cosas en el lugar. Un enfrentamiento se desató entre el padre de tres hijos y los dos delincuentes, ganando el dueño de la casa y haciendo uno de los cómplices escapara del sitio.
Con ayuda de su familia, Javier logró someter al otro ladrón que se quedó en la casa, atándolo con una cuerda, sin embargo, al llegar las autoridades, encontraron al presunto criminal muerto en el suelo.
Según medios locales, esta sería la tercera vez que los ladrones asaltan la casa, por lo que el padre de familia ya los tenía identificados, actuando de esta manera.
“Eso es lo único que había pasado y al momento de atarlo estaba consciente. Yo lo amarré para que no se fugara”, dijo Llerena al medios locales.
Luego de trasladar el cuerpo de David a la morgue central de Arequipa y de realizar la necropsia de ley, autoridades determinaron que el ladrón había muerto debido a un infarto causado por estrés.
Sobre el acompañante de “Mancuzo” la policía mencionó que hasta el momento se desconoce su paradero y que continúan con las investigaciones para dar con él.