Si una persona no se hidrata bien al estar en una temperatura ambiente de 41 grados Celsius, las células empiezan a morir. Si aumenta la temperatura, podría darse un cuadro de deshidratación al llegar a 55 grados, pues esta es la temperatura máxima que un organismo puede aguantar.
Con 60 grados centígrados, podrías sobrevivir únicamente 10 minutos.
En cuanto a la temperatura del cuerpo, comienza al ser mortal al llegar a 41 grados, pues se desactivan las proteínas, se dilatan los vasos sanguíneos y el corazón bombea sangre con menos intensidad.
Entonces, el sudor se vuelve clave para la supervivencia, ya que al evaporarse baja la temperatura del cuerpo; por lo anterior, es esencial hidratarse, para poder sudar y mantener una temperatura adecuada.
Algunos de los efectos adversos que puede experimentar el cuerpo humano al exponerse a elevadas temperaturas son los siguientes:
Golpe de calor: sucede cuando se eleva demasiado la temperara del cuerpo y el organismo no puede regularla. La persona se puede sentir mareada, débil, con dolor de cabeza, confundida, con náuseas, incluso presentar vómitos o desmayos. Puede ser letal, por lo que hay que acudir de inmediato al médico.
Deshidratación: ante las altas temperaturas ambientales, el cuerpo suda en exceso para regular su temperatura interna, por lo que se puede sufrir una deshidratación. Los síntomas pueden ser boca seca, mucha sed, cansancio extremo, pocas ganas de orinar y, en casos extremos, desvanecimientos.
Problemas cardiovasculares: al trabajar el corazón de más, para tratar de disminuir la temperatura corporal, las personas que sufren enfermedades cardiovasculares podrían sufrir una subida de presión, palpitaciones o hasta un infarto.
Trastornos electrolíticos: sudar demasiado podría generar un desequilibrio de minerales que afectarían el funcionamiento de músculos y nervios, por lo que la persona podría sufrir calambres, sentirse confuso y débil e incluso convulsionar.
Agotamiento: entre las anteriores condiciones, es la menos grave, pero de todas maneras requiere atención médica. Entre los síntomas se pueden hallar debilidad, fatiga, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y mareos. Hay que descansar en un sitio fresco y tomar muchos líquidos, para tener una recuperación más rápido.