¿Te ha pasado que quieres disfrutar del resto de tu soda favorita, que dejaste enfriando hace unas horas, pero mejor la tiras porque ya no tiene gas? No eres el único. En esta ocasión te daremos dos sencillos trucos para que no te vuelva a pasar.
Clásico que compraste un refresco familiar, al cual le quedó una buena cantidad, por lo que optas por meterlo al refrigerador o, en su defecto, te preparas un vaso con abundante hielo y, sorpresa, cuando lo abres y te sirves, te das cuenta de que no tiene gas, pues no hace la tradicional espuma.
De lo anterior te puedes dar cuenta hasta el momento en que lo pruebas, pues sabe a una especie de jarabe dulce y frío, y no es eso lo que esperas tomar. Te tenemos la solución.
Primer truco
Es muy sencillo y no tienes que gastar nada, lo único que debes hacer es tener a la mano otra botella más pequeña (limpia, claro) en la que quepa el líquido que quedó en el envase del cual ya se sirvieron tú y tu familia o invitados.
Por ejemplo, si la soda es de tres litros y ya sólo queda un litro aproximadamente, entonces deberás vaciar la soda en una botella de un litro y taparla.
De esta forma, al no quedar un espacio vacío en la parte de arriba del refresco, el gas no tiene para dónde ir, lo cual hará que se conserve durante incluso días, lo cual no ocurriría ni siquiera horas si no llevas a cabo el sencillo proceso anterior.
Segundo truco
Para este no necesitas buscar otra botella, aunque sólo funciona en un envase desechable, pues si es retornable puedes dañarlo y hacer que el líquido se salga sin que te des cuenta y hagas un desastre en tu refrigerador o mesa.
Es muy simple, sólo debes apretar la parte que queda vacía de la botella, para que el espacio libre se reduzca al máximo y el gas, de la misma forma que con el primer truco, no tenga escapatoria.
Hay que aclarar que este segundo truco es menos efectivo que el primero, pero da resultados favorables y seguros por 24 horas (a veces más, pero no te arriesgues), tiempo suficiente para que te termines la soda.