A veces las mascotas se nos atraviesan en los pies para demostrarnos cariño, sin considerarse que esta acción podría traernos serias consecuencias. Esto mismo le pasó a un hombre, quien tropezó con su gato y se quedó tirado cerca de 14 horas por una fractura de cráneo y columna.
Chris Rowley, de 59 años, músico profesional, sufrió la fractura de nueve costillas, se fracturó la columna vertebral y se rompió el cráneo que le dejó una hemorragia en el cerebro luego de trastabillar con su gato esfinge.
"Es como tu peor pesadilla hecha realidad. No puedo caminar, no puedo trabajar y mi vida ha cambiado completamente en un instante", comentó Chris Rowley al medio The Mirror.
Accidente doméstico
Según contó Chris, se encontraba bajando las escaleras de su casa cuando su mascota saltó a su pierna, haciéndolo tropezar y caer rápidamente hasta el suelo de la planta baja.
"No recuerdo mucho, solo cayendo rápido y terminó en segundos, luego estaba en el fondo; (...) el gato saltó sobre mi pierna y perdí el equilibrio, solo estaba jugando", justificó Chris a su gato.
Durante 14 horas permaneció en la postura final del accidente, sin poderse mover debido al daño a su columna, bañado en un charco de sangre producto de la fractura de cráneo. Se encontraba solo en el momento del incidente, cuestión que lo hizo pensar en su probable muerte en el lugar.
"Estuve allí durante la mayor parte de las 14 horas, mi pareja trabaja por las noches y sucedió temprano o tarde en la noche y no había nadie más en la casa. Mi teléfono estaba muerto, no podía levantarme, físicamente no podía levantarme, es la sensación más difícil, es casi como claustrofobia, no puedes salir, no puedes llegar físicamente a ninguna parte ni hacer nada", aseguró la víctima.
No fue sino hasta la mañana siguiente cuando su esposa lo encontró tirado en este lugar, con mucha sangre a su alrededor, llamando a una ambulancia para su atención médica. De momento Chris continúa internado, recuperándose de sus heridas y agradeciendo a Dios o al destino de haber corrido suerte al no morir por tropezar con su gato.