Argentina eligió este domingo al Javier Milei como su nuevo presidente, apostando a un "outsider" con opiniones radicales para arreglar una economía golpeada por una inflación de más de 150%, una recesión inminente y una creciente pobreza.
Los resultados oficiales aún no se han publicado, pero su rival, el ministro de Economía Sergio Massa, reconoció su derrota en un discurso. Su candidatura se vio obstaculizada por la peor crisis económica del país en dos décadas mientras estuvo al mando.
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Javier Milei, ganador de las elecciones
Milei promete una terapia de "shock económico". Sus planes incluyen cerrar el banco central, deshacerse del peso y recortar el gasto, reformas potencialmente dolorosas que resonaron entre los votantes enojados por el malestar económico, pero provocaron temores de austeridad en otros.
Los desafíos de Milei son enormes. Tendrá que lidiar con las arcas vacías del gobierno y el banco central, un programa de deuda de 44 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional, una inflación cercana al 150% y una brutal variedad de controles de capital.
Como muchos argentinos no estaban completamente convencidos por ninguno de los candidatos, algunos habían caracterizado la votación como una elección del "mal menor": el miedo a la dolorosa medicina económica de Milei contra la ira contra Massa y su partido peronista por una crisis económica que ha dejado a Argentina profundamente endeudada.
Milei ha sido particularmente popular entre los jóvenes, quienes crecieron viendo a su país tambalearse de una crisis a otra.
Antiabortista y armamentista
La victoria de Milei sacude el panorama político y la ruta económica de Argentina, y podría impactar el comercio de granos, litio e hidrocarburos. Milei ha criticado a China y Brasil, diciendo que no tratará con "comunistas" y está a favor de vínculos más fuertes con Estados Unidos.
Milei también está firmemente en contra del aborto, está a favor de leyes de armas más flexibles y ha llamado al Papa Francisco "argentino socialista hijo de puta". Solía llevar una motosierra como símbolo de los recortes que planeaba, pero la dejó de lado en las últimas semanas para ayudar a mejorar su imagen moderada.
Después de la primera vuelta de octubre, Javier Milei, el virtual ganador de las elecciones, forjó una incómoda alianza con los conservadores, lo que aumentó su apoyo. Pero se enfrenta a un Congreso muy fragmentado, sin ningún bloque que tenga mayoría, lo que significa que necesitará el respaldo de otras facciones para impulsar la legislación. La coalición de Milei tampoco tiene gobernadores ni alcaldes regionales.
Eso puede moderar algunas de sus propuestas más radicales. Es probable que los votantes que tanto han sufrido tengan poca paciencia, y la amenaza de malestar social nunca está muy por debajo de la superficie.