Como cada año se ha celebrado el concurso "Sr. Rostro Feliz" en donde acuden los menos agraciados contendientes que fueron cuidadosamente seleccionados por su peculiar aspecto. Este concurso se ha celebrado de manera anual por décadas en la feria de Sonora-Marin en Petaluma, California.
El ganador al titulo del Sr. Rostro Feliz de este año fue el crestado chino de 17 años, quién no ha ganado el titulo solamente por sus bonitos sentimientos, sino que sus cualidades físicas han logrado sorprender a los jueces, quienes lo han elegido como el numero uno.
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Este peludo y canoso amiguito hace honor a su nombre gracias a su característico semblante en donde se le puede ver con su lengua siempre de lado, un penacho blanco de pelos canosos, un par de orejas cortas y siempre alertas además de sus grandes ojos negros que le han dado la corona al titulo de: "El perro más feo del mundo"
Entre los candidatos se encontraba el peludo Cosa Salvaje, el coqueto Liberace, el pug Jinny Lu, y Mono, un grifón de Bruselas.
Pero este lindo amiguito no solo ganó el titulo por ser el más "agraciado" sino también por su carisma, alegría y peculiar ladrido se robaron el corazón de los jueces, al igual que el corazón de su dueña Jeneda Benally, quien lo adoptó el año pasado durante la pandemia.
La historia detrás de su peculiar imagen.
Jeneda Banally tenía la ilusión de adoptar un nuevo amigo, y al llegar al lugar decidió preguntar si tenían algún animalito al que "todos le hicieran el feo", por fortuna en el lugar estaba justo lo que siempre soñó, pues según narra incluso los trabajadores tenían sus reservas al contarle sobre un perrito anciano con múltiples problemas de salud y un peculiar aspecto.
"Vi una criatura que de hecho era viejo, necesitaba otra oportunidad y merecía amor", resume Benally, quien cuenta además como este perrito enfrentó además una vida de "abuso y negligencia".
Además su dueña, recalcó que el peculiar aspecto del can fue lo que la "enamoro", pues no importaron las complicaciones en su salud para que ella decidiera llevar al animal a su nuevo hogar, en donde le daría amor y cariño por el resto de su vida.
"Sus aficiones son ser intrépidamente adorable, invocar su privilegio de mayor edad entre sus hermanos peludos de 4 y 3 patas y comer cosas apestosas... No le gusta subir escaleras, llevar pañales, compartir la cama, no ser el centro de mi universo y los besos de mamá". afirmó su orgullosa dueña
Benally, que asegura su vida fue transformada por Sr. Rostro Feliz, concuerda. "Creo que esta humilde alma también está siendo un ejemplo, de forma sutil, para ayudar a los humanos a darse cuenta de que incluso los perros viejos también necesitan amor y una familia".