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¿Por qué las bebidas energizantes NO deben ser consumidas por niños y adolescentes?

Las altas dosis de azúcar, cafeína, combinadas con la taurina son factores de alto riesgo en la salud de los mimos y adolescentes

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Escrito en GLOBAL el

Las bebidas energizantes pueden parecer inofensivas, ya que su venta es accesible en cualquier tienda o supermercado, además sus atractivos diseños y colores son el punto ideal para atrapar tu atención, pero ¿Por qué las bebidas energizantes No deben ser consumidas por niños y adolescentes?.

Estas bebidas contienen grandes cantidades de azúcar, cafeína y taurina (potenciador de la cafeína), algún tipo de vitamina y extracto de hierbas, que podrían ser dañinas en la salud de los jóvenes y niños.

La OMS recomienda no superar los 25 gramos diarios de azúcares añadidos, pero una lata de bebida energizante llega a contener más de 7 mil gramos de azúcar, es decir unos  14,5 gramos por cada 100 ml.

¿Cuánta cafeína tienen estas bebidas? Un café normal tiene entre 50 y 60 miligramos, uno de cápsula entre 60 y 90 y un café americano de Starbucks entre 150 y 200. Por comparación, una lata de bebidas energizantes de medio litro equivale a tres tazas de café expreso, unos 36,8 miligramos por cada 100 mililitros aproximadamente.

Los adolescentes y niños son especialmente vulnerables a los efectos nocivos de la cafeína en el sistema neurológico y cardiovasculae. Puede provocarles:

  • Trastorno del estado de ánimo, baja autoestima y depresión.
  • Nerviosismo y ansiedad
  • Problemas de concentración
  • Insomnio
  • Empeoramiento del rendimiento escolar
  • Aumento de la tensión arterial

La lista de efectos adversos no se queda ahí. Las elevadísimas dosis de azúcar que contienen aumentan el riesgo de caries, diabetes, sobrepeso y obesidad, dolores de pecho o diarreas. 

Además podrían presentarse problemas cardiacos, arritmias, hipertensión arterial crónica, episodios de taquicardias y palpitaciones e incluso se han dado casos de muerte súbita tras consumir dos latas de medio litro, en menores con alguna patología leve de la que incluso no eran conscientes y en los que esta ingesta ha tenido un papel fundamental. 

Pueden ocasionar alteraciones del sueño, irritabilidad, baja autoestima e incluso casos de psicosis, agresividad y tendencias a conductas de riesgo por una valoración incorrecta de determinadas situaciones.