La voluntad de la administración Biden de comprometerse con países como Venezuela, Arabia Saudita e Irán para llenar potencialmente los vacíos de las importaciones de petróleo extranjero por el veto al petróleo ruso inquieta a legisladores que dicen que la Casa Blanca no debería cortar las relaciones exteriores con un "dictador" a cambio de otro para estabilizar el mercado.
Los funcionarios han dicho que no se han tomado decisiones sobre la importación de petróleo de Venezuela o Arabia Saudita, pero las conversaciones subrayan la difícil posición en la que se encuentra la Casa Blanca mientras busca equilibrar el deseo de castigar a Rusia en medio de preocupaciones internas sobre el aumento de los precios de la gasolina y el potencial de desestabilizar aún más los mercados energéticos mundiales.
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Biden y Venezuela
El representante de Tennessee Mark Green, el principal republicano en el Subcomité del Hemisferio Occidental de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, pidió el lunes que la prohibición del petróleo ruso se extienda a los suministros iraníes y venezolanos.
“Estados Unidos no debería estar financiando directa o indirectamente la invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin comprando su petróleo y gas”.
El legislador ahondó más en el tema:
“Al mismo tiempo, sería escandaloso siquiera considerar comprar petróleo de Irán o Venezuela. Es absurdo que la administración Biden esté siquiera considerando revivir el Acuerdo Nuclear de Irán”.
La Casa Blanca se ha enfrentado a preguntas en los últimos días sobre si, a cambio de prohibir las importaciones de energía del Kremlin, estaría dispuesta a negociar con otros gobiernos que tienen antecedentes de abusos contra los derechos humanos.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo un día antes de que Biden anunciara que prohibiría las importaciones de petróleo ruso:
“Creo que es importante tomar cada uno de esos compromisos por separado, porque hay una variedad de temas que son importantes en cada una de esas relaciones”.
Mientras tanto, funcionarios de la administración de Biden visitaron Caracas el sábado, en una señal de que Estados Unidos está dispuesto a considerar suplantar las compras de energía rusas con las de otros países previamente sancionados.
El diálogo con funcionarios del régimen de Nicolás Maduro también podría ser parte de una ofensiva diplomática para aislar a Rusia de su mayor aliado en el hemisferio occidental.
Aún así, la medida inquietó a algunos de los aliados de Biden en el Congreso, incluido el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el senador Bob Menéndez.
Menéndez dijo mediante un comunicado:
“Si son ciertos los informes de que la administración Biden está intermediando en la compra de petróleo venezolano, temo que corre el riesgo de perpetuar una crisis humanitaria que ha desestabilizado a América Latina y el Caribe durante toda una generación”.
El Senador endureció su discurso:
“Nicolás Maduro es un cáncer para nuestro hemisferio y no deberíamos insuflar nueva vida a su reinado de tortura y asesinato. Como tal, me opondría firmemente a cualquier acción que llene los bolsillos de los oligarcas del régimen con ganancias petroleras mientras Maduro continúa privando a los venezolanos de derechos humanos básicos, libertades e incluso alimentación".
La Casa Blanca ha dejado en claro que tiene otros intereses en hablar con Venezuela, específicamente sobre la liberación de ciudadanos estadounidenses encarcelados.
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