Una gran nube de polvo del Sahara tiñó de naranja varias ciudades en España, en un fenómeno conocido como calima.
En las inmediaciones de Madrid se pudieron ver a personas limpiando con mangueras sus coches, sus terrazas o los portales de los edificios del fino polvo color ocre, el cual cubrió gran parte de la ciudad.
Casi todos los transportes colectivos recogieron arena del Sahara, mostrando además manchas marrones en ventanas, consecuencia de acumular el polvo con agua, previamente usada para eliminar la suciedad.
A este fenómeno se le conoce como calima, el cual viene acompañado de fuertes vientos calientes cargados de polvo de arena del desierto del Sahara. Es más común de lo que se piensa, afectando sobre todo en el archipiélago atlántico de Canarias, situado en el noroeste de África.
El portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Rubén del Campo, catalogó este lapso de arena en el ambiente, como extraordinario y muy necesario para el ambiente.
"El actual es un "extraordinario episodio de calima con reducciones de la visibilidad muy importantes en amplias zonas de la península", detalló en un mensaje a periodistas Rubén del Campo.
Ciudades como Granada al sur, Madrid al centro, y León al noroeste de España fueron afectadas por este remanente de polvo proveniente desde África.
Según el especialista, esta tormenta será persistente, pues "está previsto que continúe llegando polvo en gran cantidad durante lo que queda de martes 15 y durante el miércoles 16" y extenso: "en las próximas horas llegará a zonas tan distantes del Sahara" como incluso Holanda o Alemania.
Desde su cuenta oficial en Twitter, la Agencia Estatal de Meteorología para el Tiempo y el Clima (AEMET) indicó como el causante de este episodio a las tormentas de arena en el Sahara, las cuales generan ráfagas de viento en la superficie del desierto, levantando partículas de arena y polvo.
Los granos de arena más finos quedan suspendidos en el aire gracias a la diferencia de temperatura, siendo transportadas después por los mismos vientos, llevándolas incluso a lugares muy alejados de su origen.
La AEMET advirtió como probable las "lluvias de barro" si la calima confluye con las precipitaciones estacionarias.
El polvo del Sahara que tiñe de naranja a las ciudades en España es un espectáculo natural único; más allá de las afectaciones, el mismo es necesario para traer nutrientes al ecosistema de este país.
Jesús García