Paola Schietekat Sedas es una Politologa mexicana que se mudo a Catar para trabajar en el Comité Organizador del Mundial de Futbol, mientras desempeñaba sus labores, la mujer fue víctima de un abuso sexual.
Al acudir con las autoridades para imponer una denuncia, le fue impuesto un castigo, por sostener relaciones extramaritales, aun cuando ella tenía las pruebas médicas de que no sucedió de esa manera, las autoridades la condenaron a 100 latigazos y siete años de cárcel.
Según palabras de la joven en su infancia sufrió de un abuso sexual que le cambio por completo su desarrollo y estabilidad mental, sin embargo se refugio en los estudios, logrando grandes metas.
Paola estudio Relaciones Internacionales, Ciencias de la Conducta, Antropología y Políticas Públicas en México y en el extranjero, en universidades en Kuwait y en Oxford. Al terminar sus estudios la joven finalmente consiguió el trabajo de sus sueños, serviría de economista conductual en el Comité Organizador del Mundial.
El abuso
En su estancia en Catar, uno de sus amigos se sobrepasó entrando a su departamento mientras ella dormía y abusó sexualmente de Paola, ella reaccionó con la cabeza fría tratando de conseguir las pruebas suficientes para imponer una denuncia.
“ Mantuve la cabeza fría: le avisé a mi mamá, a un colega del trabajo y documenté todo con fotos, para que mi memoria, en un intento de autoprotección, no minimizará los eventos o borrara por completo parte de ellos”, detalló.
La policía le da la espalda
Con sus pruebas médicas, fotografías y su testimonio Paola acudió a realizar la denuncia ante el Cónsul de México en Catar.
Al realizar las “investigaciones” la policía interrogó al abusador, quien argumentó que era el novio de Paola y ella le dió el consentimiento para tener un encuentro íntimo.
En Catar, las mujeres que sostinenen relaciones sexuales antes del matrimonio cometen un delito por lo que, Paola paso de acusar una violación a ser acusada por su violador.
Escapó de Catar
Paola pidió la ayuda del Comité Organizador del Mundial y de Human Rights Watch, y gracias al apoyo recibido logró salir de ese país el 25 de junio y finalmente volver a México.
Lamentablemente las autoridades mexicanas no le han ayudado a resolver su situación legal, ni han actuado en contra de las acciones del Cónsul mexicano en Catar.
La sentencia obtenida, absolvió al violador y a ella le condenaron con 100 latigazos y siete años prisionera, ante esto de manera sorprendente su abogada en Catar le recomendó que lo mejor era contraer matrimonio con su agresor.