Este lunes se desató un poderoso desastre natural en Asia, dejando al menos 268 muertos en sismo de 5.6 en Indonesia, sobre todo en Java Occidental, la más afectada por el temblor.
El gobernador de la provincia, Ridwan Kamil, confirmó el número de decesos luego de haberse dado el preliminar de 56 fallecidos, aumentando a 162 y ahora hasta 268 muertos por el siniestro. Otras 151 personas continúan en calidad de desaparecidos de acuerdo con la Agencia Nacional de Alivio de Desastres.
Con información de Henri Alfiandi, jefe de la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate, en el pueblo de Cijedil, al noroeste de Cianjur, el sismo provocó un alud de tierra que bloqueó calles y sepultó varias casas.
Estamos maximizando las operaciones en varios puntos donde se sospecha que aún hay víctimas. Nuestro equipo también intenta llegar a zonas remotas”, dijo. “Para nosotros, todas las víctimas son una prioridad, nuestro objetivo es encontrarlas y salvar vidas al evacuarlas lo antes posible para que reciban atención médica.
Lamentablemente muchas de las víctimas eran alumnos de escuelas públicas que habían terminado sus clases del día y tomaban lecciones adicionales en escuelas islámicas cuando se derrumbaron esos edificios.
Actualmente siete excavadoras y 10 camiones fueron enviados desde las ciudades vecinas de Bandung y Bogor para seguir retirando árboles y tierra que bloquearon los caminos, ayudando así a las labores de rescate, en una actividad contra reloj para salvar las vidas de los aún atrapados entre los escombros.
El país asiático aún no se recupera de uno de los peores sismos en la historia del mundo, un movimiento telúrico de 9.1, frente a las costas de Sumatra, provocado el 26 de diciembre de 2004. El temblor desencadenó un devastador tsunami que causó la muerte de 220 mil personas en toda la región.