Hablar de Calvin Klein es hablar de un hombre emprendedor, visionario y exitoso en los negocios.
Apasionado de su profesión, le debe sus primeros pasos en la moda a su abuela, quien era costurera y de la que aprendió a dar sus primeras puntadas en la moda.
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Calvin Richard Klein nació el 19 de noviembre de 1942 en Bronx, Nueva York y fue el segundo de los tres hijos que tuvo la pareja formada por Flo y Leo Stern.
Desde niño se interesó en la costura, en la moda, en hacer bocetos y dejó a un lado los deportes que practicaban sus compañeros de escuela.
Al terminar sus estudios de primaria fue admitido en la High School of Art and Design y se graduó en 1962 del Fashion Institute of Technology en Nueva York.
Su primer trabajo fue como aprendiz de Dan Millestein, quien tenía una sastrería.
En 1968, junto con su compañero de infancia, Barry Schwartz, fundó su compañía, Calvin Klein, que diseñaba solamente abrigos.
Para 1971, la Compañía Calvin Klein había crecido dramáticamente. El establecimiento elaboraba no solamente abrigos, sino también ropa deportiva, chaquetas clásicas y lencería en su colección para mujeres.
El imperio creció y comenzó a diseñar prendas finas y de alta costura para la mujer que lo posicionaron en las pasarelas.
Para 1977 los ingresos de la compañía eran superiores a los 30 millones de dólares.
Además de la ropa de mujer, la compañía tenía licencias para bufandas, zapatos, cinturones, pieles, gafas de sol y sábanas.
Luego adquirió una licencia para cosméticos, jeans y ropa de hombre. En adelante, el Imperio Klein se convirtió en una de las marcas de moda líderes, ofreciendo a los clientes una línea impresionante, todo bajo una sola marca.
Con la llegada de los jeans ajustados “Calvin Klein” se le dio a él y a la marca, un estatus de culto.
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Con todo este éxito, Calvin se aventuró en el discreto y poco hablado mercado de ropa interior masculina y se le ocurrió una exitosa línea de calzoncillos que transformaron la forma en que el mundo miraba el interior de los hombres.
A principios de la década de 1980, su tienda, una vez humilde, se había convertido en un gran imperio, con más de 12 mil tiendas en seis países, Canadá, Reino Unido, Irlanda, Australia, Nueva Zelanda y Japón.
La década de 1990 estuvo dominada por sus líneas de perfumes muy populares. Sus tres fragancias principales, Obsession, Eternity y Escape, fueron un gran éxito
Si bien el sentido de la moda y el estilo de Klein fue muy elogiado y demandado desde que se lanzó su marca, fueron sus jeans ajustados que le dieron el estatus de culto que disfruta hasta la fecha. Los jeans revolucionaron la forma en que la gente miraba la ropa vaquera.