Un nuevo tiroteo en Estados Unidos, alarmó a estudiantes, jugadores y padres de familia que asistían a un juego colegial en el estadio Toledo de Ohio.
De acuerdo al reporte del Departamento de Policía, dos mujeres y un hombre resultaron con herida de bala y fueron trasladados a un hospital cercano para su atención médica. Ninguno de ellos grave.
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El hecho tuvo lugar el viernes por la noche cuando se disputaba un encuentro amistoso entre la escuela secundaria Central Catholic y Whitmer High Scholl.
El juego se transmitía a nivel local por un canal de televisión regional que registró el momento exacto del tiroteo. Al momento de ocurrir no todos los presentes se dieron cuenta desde el inicio de lo que ocurría.
Se escucharon varias detonaciones -que en un principio se creyó que eran fuegos artificiales- lo que provocó el pánico entre los presentes; tanto aficionados como jugadores corrieron para buscar un lugar donde resguardarse de las balas, algunos lo encontraron debajo de las gradas.
Hasta el momento se desconocen las causas del ataque y las autoridades no se han pronunciado al respecto. Información preliminar y extraoficial indica que el tirador se informó que escapó en un automóvil Dodge Charger.
Kadee Anstadt, superintendente de Escuelas Locales de Washington, lamentó que el partido amistoso de americano haya sido interrumpido de forma trágica y agregó que no tienen información respecto al tiroteo.
“Lo que sabemos en este momento es limitado y no especularemos hasta que se conozcan más detalles. Un evento como este es la peor pesadilla de cada distrito escolar”, sentenció Anstadt.
Un tiroteo por día
La organización Gun Violence Archive registró más de 300 tiroteos masivos en territorio estadounidense en la primera mitad del año, en 15 de ellos hubo cuatro o más víctimas mortales. La organización informa que diariamente se registra al menos un tiroteo.
Los tiroteos masivos en Estados Unidos son una trágica y constante realidad, las alarmantes cifras del uso de armas de fuego indican que diariamente, en promedio, 360 personas reciben un disparo.
El más mortífero del año fue el de la escuela primaria Robb de Uvalde, Texas, en el que Salvador Ramos, de 18 años, mató a 19 niños y dos maestras.