La aparición de un pez de gran tamaño conocido como "pez remo" en las costas de Sinaloa, trajo inquietud entre los pescadores, pues éste es relacionado según la creencia japonesa, con los terremotos y tsunamis.
El pez que fue capturado es largo y sobresale de la caja de una camioneta en la que fue puesto luego de pescarlo. De acuerdo a los pescadores no es apto para su consumo.
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Su habitat dentro de los mares es en las áreas profundas y cuando llega a emerger lo hace para desovar, cuando está enfermo o moribundo y en circunstancias específicas como las fuertes tormentas y corrientes marinas que los empujan lejos de su hábitat natural.
En Twitter se prendió la alarma: “supongo que no es común que ese pez aparezca tan cerca de las playas de ahí de Sinaloa, algo anuncia o qué pasa” o “supuestamente dicen que cuando aparece ese pez, pronto un terremoto, huracán o fenómeno natural afectará gravemente ese lugar”.
De acuerdo con National Geographic se trata del pez óseo más largo del mundo, por lo que no cuenta con escamas y una gran cantidad de espinas, por lo que no es apto para consumo humano debido a su consistencia.
En Twitter otras opiniones no estuvieron de acuerdo que los pescadores lo hubieran sacado y exigieron que fuera devuelto al mar.
"Que lo devuelvan si saben que es de aguas profundas” o “deberían prohibir pescarlos. Solo a modo de información y luego liberarlo al mar”.
Mensajero de sismos
Se dice que el pez remo presagia terremotos proviene de Japón, donde los ejemplares de esta especie son señalados como “yakoi” o monstruos. El pez protagoniza un relato tradicional con el nombre de “Namazu”, mencionando que vivía en lo profundo del océano y causaba sismos al salir de su guarida.
Dentro de la cultura japonesa es también reconocido como “mensajero del palacio del dios del mar” y en algunas historias se le adjudica la capacidad de comunicarse con los humanos e incluso de transformarse en uno de ellos.
Sin embargo, no existe evidencia científica que pruebe la relación entre su aparición a menor profundidad y los movimientos telúricos de gran intensidad.
¿Dónde más se ha visto?
Los avistamientos de este pez en costas mexicanas son escasos y poco frecuentes. La última vez que se registró la presencia de este animal, antes del hallazgo en Sinaloa, fue en 2020 en Baja California Sur y en Cozumel, Quintana Roo.
El ejemplar de Baja California Sur fue encontrado sin vida por un biólogo marino, quien devolvió el cadáver al mar para que éste fuera aprovechado por otros seres vivos. Según reporto el experto, el pez tenía una longitud de 4 metros aproximadamente.
Mientras que el pez de Cozumel fue encontrado por pescadores. Éste tenía un tamaño de alrededor de seis metros de largo.