Eefje Spreuters es una mujer trans que nació en Bélgica de 46 años que tiene la convicción de sentir el llamado de Dios y quiere convertirse en monja.
Desde hace 15 meses, la protagonista de esta historia vive abiertamente como mujer, pero su sueño todavía no está completo, pues tiene un modesto sueño: quiere ir a un convento. Un convento católico. La mencionada viene de una familia que le inculcó la fe cristiana desde muy pequeña y por eso quiere unirse a la Iglesia Católica.
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La mujer trans está convencida de cuál es su vocación, por lo que va a seguir luchando por el lugar que le corresponde en el convento
“Siempre me he sentido mujer y me criaron muy religiosamente. He querido ir al monasterio toda mi vida (...) iré hasta el Vaticano y hablaré con el Papa si es necesario”.
Está tan convencida en su misión que se ha puesto en contacto con el grupo de religiosas de Países Bajos, en Brecht, pero las cosas no salieron como esperaba, pues no le permitieron el acceso como mujer transgénero
La iglesia Católica no ha pronunciado ninguna contestación ante el caso que se volvió mediatico en países bajos, pero su ha abordado los temas relacionados con la identidad de género y la postura de la iglesia califica a esta temática como “ambigua” y un elemento que “desestabiliza la institución familiar”.
A los ojos de la iglesia, Spreuters continúa siendo un hombre, pues así nació biológicamente, un motivo por el cual su sueño no podría cumplirse; aunque hay algunos puestos que no especifican el género dentro de la iglesia, como lo es un asistente parroquial o capellán en una prisión u hospital