Carlos Ximenes Belo, un obispo portugués que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1996, fue acusado de cometer abuso sexual en contra de dos menores en Timor Oriental, en la década de los 90.
La noticia se dio a conocer recientemente a través de una revista holandesa y estremeció a la Iglesia católica en la nación del sureste asiático. En Ciudad del Vaticano y en la orden religiosa de Ximenes Belo ya buscan respuestas.
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La Santa Sede ya confirmó que impuso sanciones disciplinarias a Belo en los últimos dos años, luego de conocer las acusaciones de abusos.
La oficina encargada de los casos de abusos sexuales recibió denuncias “sobre la conducta del obispo” en 2019. Pronto dictó las sanciones a las que se haría merecedor Belo y que incluían restricciones a sus movimientos y al ejercicio de su ministerio, así como la prohibición de tener contactos con menores y con Timor Oriental.
“La noticia nos dejó en estado de shock”, dijo un funcionario de la arquidiócesis de Dili, Timor Oriental.
Belo es sacerdote de los Salesianos de Don Bosco, una orden católica con influencia en el Vaticano. El capítulo portugués de los Salesianos dijo en un comunicado que se enteró de la noticia “con gran tristeza y estupor”.
El capítulo se distanció de Belo al afirmar que dejó de ser miembro de la orden cuando fue a Timor Oriental.
Dos lo acusan
Dos presuntas víctimas, identificadas como Paulo y Roberto, acusan a Belo de abusar de ellos y de otros chicos. Según pudo determinar, el gobierno de Timor Oriental, así como funcionarios humanitarios y eclesiásticos, estaban al tanto de los abusos.
Belo recibió el Premio Nobel de la Paz en 1996 junto con otro luchador por la independencia y más tarde presidente de Timor Oriental, Jose Ramos-Horta, por su campaña para una solución justa y pacífica a la lucha de su país por independizarse de Indonesia, una antigua colonia holandesa.
El Comité Nobel elogió la valentía de Belo al no dejarse intimidar por las fuerzas indonesias. Destacó que mientras trataba de lograr que la ONU organizara un plebiscito para Timor Oriental, sacó clandestinamente del país a dos testigos de una masacre de 1991 para que declarasen ante la comisión de derechos humanos de la ONU en Ginebra.
Ramos Horta no quiso opinar al respecto sobre las acusaciones al Vaticano.
“Prefiero esperar nuevas medidas de la Santa Sede. No puedo, no hago, no puedo hacer otro comentario que ese”, dijo.
¿Cómo ocurrió?
Uno de los que acusan a Ximenes Belo dio detalles de lo que ocurrió en aquel entonces con el Obispo.
“El obispo me tomó y abusó sexualmente de mí esa noche”, dijo Roberto a la revista holandesa que publicó el hecho.
“Por la mañana, me despidió. Yo tenía miedo porque todavía estaba oscuro. Tuve que esperar antes de ir a casa. También me dejó dinero. Eso significaba que yo debía mantener la boca cerrada. Y para asegurarse de que yo regresaría”, expresó la fuente.
El Obispo se negó a dar declaraciones a los medios, desde Portugal, donde reside.