Aún no se logra comprender del todo al coronavirus y sus variantes y ahora una nueva cepa viene a enfrentar a la humanidad: La subvariante Ómicron BA.2. Según un estudio reciente, se descubrió con un 33% más contagiosa que su predecesora.
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La subvariante de Ómicron fue descubierta en Dinamarca, donde la población rápidamente comenzó a caer contagiada por esta. Esta investigación, llevada a cabo en el mismo país, analizó las infecciones por coronavirus en más de 8 mil 500 hogares entre diciembre y enero, descubriendo a las personas infectadas con la subvariante BA.2, quienes tenían aproximadamente un 33% más de probabilidades de contagiar a otras, en comparación con las infectadas con BA.1 (Ómicron).
En todo el mundo la subvariante BA.1 representa el 98% de las personas infectadas hasta el momento, sin embargo, la rápida infección de la BA.2 en Dinamarca, la posicionaron como la cepa dominante tan solo en la segunda semana de enero de este año.
Los investigadores del estudio confirmaron la más eficiente transmisibilidad de esta subvariante, poniéndola en el ojo científico de la investigación para ver su proceso. No solo eso, también mostró una alta resistencia inmunoevasiva a las vacunas actuales contra la covid-19 y sus variantes.
"Concluimos que Ómicron BA.2 es intrínsecamente más transmisible que la BA.1 y que además posee propiedades inmunoevasivas que reducen aún más el efecto protector de la vacunación contra la infección." Indicaron los investigadores.
Actualmente se han registrado casos con la subvariante BA.2 en países como Estados Unidos, Reino Unido, Suecia y Noruega. Sin embargo, quien representa al número uno de infecciones es sin duda Dinamarca, donde se concentra el 82% de los casos.
Según la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido, gracias a unos análisis preliminares realizados en Inglaterra, que mostraron la ventaja de crecimiento de BA.2 sobre el tipo BA.1, probando así la investigación llevada a cabo.
Sin duda la nueva subvariante Ómicron BA.2, 33% más contagiosa que la BA.1, representa una notable alerta para los científicos y el mundo entero.
Jesús García