MICHIGAN.- John Douglas Allen, de 75 años un abuelito de Detroit, Michigan dejó una bomba en una tienda de teléfonos celulares, argumentando que desea detener los contenidos inmorales que circulan entre los smartphoes.
Con las investigaciones por parte del FBI se determinó que el hombre está molesto además con las compañías que proveen de teléfonos, porque incluso lanzó amenazas contra una de ellas.
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Además del artefacto explosivo que dejó en la tienda de los celulares, en una antena de comunicaciones dejó una carta con amenazas y extorsiones contra la compañía telefónica, por la misma manera por ser quienes permiten que se compartan y circulen compartidos inmorales.
La bomba que dejó en la tienda de los teléfonos inteligentes contenían cargas principales con pólvora explosiva, pero en cada una había esferas de metal y clavos para lograr el mayor daño posible.
El señor es acusado de extorsión e intento de daño o destrucción de edificios utilizados en el comercio interestatal.