Mediante un comunicado emitido este viernes, obispos católicos en Canadá ofrecieron una disculpa a las víctimas de la depuración ocurrida en el pasado, luego de los hallazgos realizados estos últimos meses, donde se descubrieron miles de tumbas en antiguos internados gestionados por la misma iglesia.
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Hasta 1990, cerca de 150 mil niños y adolescentes indígenas y mestizos fueron internados a la fuerza en 139 escuelas, separándolos de sus familiares y su cultura para siempre. Dentro de estas instituciones educativas se les obligaba a olvidar y renegar sus raíces a través de abusos físicos y sexuales.
En el conteo, 4 mil estudiantes fallecieron a causa de enfermedades adquiridas dentro de las instalaciones o por mera negligencia de los regentes en el lugar.
Elio Masferrer Kan, antropólogo especialista con doctorado en las religiones, indicó estas actividades como un genocidio cometido por la misma iglesia contra los niños indígenas de la región.
"Se trata de una forma de genocidio y aunque suene fuerte, hay que llamarlo como tal. Eran niños sacados de su seno familiar de forma coercitiva, por una decisión de Estado, de un Estado que sabía que iban a ir a esos lugares y los tratos que ahí daban”, comentó Elio Masferrer Kan.
A raíz de esto, múltiples manifestaciones se dieron en la nación norteña, donde individuos quemaron iglesias para denunciar las atrocidades cometidas en la reeducación de los menores de edad indígenas.
En 1991, la Conferencia de los Misioneros Oblatos emitió una disculpa pública a las comunidades originarias por "el papel que ocuparon en el imperialismo cultural, étnico y religioso que fue parte de la mentalidad que constantemente acechó la forma en la que las comunidades fueron tratadas por parte del gobierno civil y las iglesias”.
Sin duda, la disculpa de la iglesia católica en Canadá llega tarde pero segura para los miles de afectados durante generaciones por el sistema de residencias, donde se cometieron tantos abusos a menores de edad.
Jesús García