Hans Gernot Schenk trabajaba en una empresa de logística internacional alemana en 2001. Su oficina quedaba en el piso 32 de la Torre Norte, en el World Trade Center. Por un descuido llegó tarde a trabajar el 11 de septiembre de ese año, día que jamás olvidará por los sucesos del 11-S: un ataque terrorista.
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Llevaba cerca de un año trabajando en las Torres Gemelas, en el World Trade Center (WTC), en Nueva York. Pocos días antes del 11 de septiembre, la empresa de Gernot lanzó varios comunicados, entre tantos, la llamada de atención a los empleados que llegaban tarde, poniendo un límite de horario a las 9 de la mañana.
Hace 20 años, el 11 de septiembre de 2001, a las 08:46 am un avión de la aerolinea American Airlines, secuestrado por terroristas pertenecientes al grupo islámico "Al Qaeda", chocó contra la Torre norte del WTC. Posteriormente, el segundo avión de la empresa United Airlines chocaría con la Torre sur, culminando en el derrumbe de ambos complejos a las 10:28 am.
La noche anterior, Hans Gernot durmió fuera de su casa debido a la reunión con un compañero; ese insospechado evento lo haría llegar 10 minutos tarde al trabajo, 10 minutos que cambiaron su vida y la de muchos otros después del ataque terrorista.
El suceso del 11 de septiembre
Cuenta Hans que, debido a la cena y al dormir en casa de su acompañante, regresó a su domicilio para bañarse y preparar todo para su trabajo.
"Ese día me levanto muy temprano porque antes de ir a la oficina debía ir a mi casa a cambiarme. Me baño, me visto, me voy rápido al metro. Pienso sorprendido: 'Guau, voy a llegar a tiempo, más temprano de lo regular'. indicó Hans Gernot.
Recordó encontrarse a 25 metros de las puertas giratorias del edificio norte cuando notó a la gente en pánico, corriendo en sentido contrario a él.
Sin saber bien lo que pasaba, Hans siguió a la multitud, observando hacia arriba y viendo el humo negro saliendo de la torre, producto del primer impacto.
"Lo que más me impactó fue ver a las mujeres con sus vestidos y con sus carteras corriendo. La imagen es muy fuerte. Pensé que algo muy grave tuvo que haber sucedido para que la gente corriera de esa manera" aseguró.
Junto al contingente, Gernot se dirigió al metro cercano al lugar, saltando la máquina de lectura de tarjetas, la cual otorgaba el libre acceso al andén.
Dentro del lugar solo encuentra una mujer, con quien sube al siguiente tren que avanza dos estaciones más adelante del incidente. Intenta salir, sin embargo, la masa de gente que se aprieta para entrar al vehículo y escapar del lugar no se lo permiten hasta mucho más adelante.
Notó a dos gemelas, llorando dentro del tren, a quienes les preguntó lo que ocurría. Ellas fueron quien le notificaron del ataque con aviones a las Torres Gemelas.
"¿Qué tipo de aviones?", les pregunto. Ellas responden que eran aviones comerciales, "de pasajeros". Al oír esto, me devuelvo, no salgo a la calle. Me monto en otro metro y me voy a mi casa." relató.
20 años después del ataque terrorista
La situación fue más que sorprendente para Hans, quien había llegado de Alemania para trabajar en el negocio de transportes en Nueva York, la ciudad soñada para él.
Los directivos de la empresa dentro de la Torre norte no identificaron la magnitud de la situación vivida. Sus órdenes fueron claras: Continuar con los negocios, como si no hubiera pasado nada. Fue en noviembre del mismo año que Hans Gernot renunció a su puesto y volvió a su país natal.
"Hoy, cada año que pasa, cada 11 de septiembre, la persona con la que estaba saliendo en ese momento me manda un mensaje y me saluda porque él entiende que es precisamente el hecho de que hayamos salido a cenar y hayamos estado juntos esa noche lo que hizo que yo no llegara más temprano a la oficina" comentó Hans Gernot Schenk.
Las secuelas del 11-S perdurarán en el colectivo de Estados Unidos; la caída del World Trace Center el 11 de septiembre y los eventos posteriores al ataque terrorista seguirán marcando una cicatriz que tal vez nunca sane del todo.
Jesús García