Mowgli, el protagonista de "El libro de la selva" fue un niño perdido, criado por una jauría de lobos en la India. En la película de Disney, este pequeño tuvo un final feliz al encontrarse con los humanos nuevamente y poder convivir con ellos; sin embargo, la realidad es muy diferente, como es el caso de Oxana Malaya, una niña ucraniana criada por perros.
La impresión de ver a una niña en cuatro patas, bebiendo y comiendo como un perro, es algo que parece imposible y nos hace reflexionar en los mecanismos de defensa que alguien desarrolla cuando ve su vida en riesgo.
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Oxana tenía cuatro años cuando escapó de su hogar, abusada por sus padres alcohólicos. En una entrevista hecha en 2006, la chica, de 23 años de edad en ese entonces, confiesa la crueldad vivida en esa época, al grado de hacerse pipí encima por el miedo provocado.
Nacida en 1983, se crió en una granja en ruinas en el pueblo de Novaya Blagoveschenka, Ucrania, junto a una jauría de perros.
El frío invernal de esa época la hizo recurrir al único lugar que sentía seguro, la granja donde estaban los canes.
"Yo les hablaba a ellos. Ellos ladraban y yo los imitaba. Era nuestra forma de comunicarnos”, comentó Oxana Malaya con ayuda de una intérprete.
Pasaron 5 años desde aquél día, durante su convivencia con estos animales aprendió a ladrar, a caminar en cuatro patas, comer y transportar objetos como si fuera un perro más.
Un vecino del lugar alertó a las autoridades sobre la situación de la chica. La ayuda, aunque tarde, había llegado por fin para Oxana.
Las consecuencias de vivir con una jauría
Tras ser socorrida, fue llevada a un orfanato, donde le enseñaron a caminar erguida, a comer con las manos y a hablar con otros seres humanos. Sin embargo, los esfuerzos para que fuera nuevamente una persona normal y autosuficiente fueron en vano.
El trauma que había llevado Oxana era tan profundo que el retraso mental que presentaba era lo suficientemente fuerte para limitar sus capacidades de comunicación con las demás personas.
Lyn Fry viajó a Ucrania para realizar un documental para la cadena Channel 4, pues se habían escuchado historias raras sobre una "chica-perro". Al llegar al lugar para conocer a Oxana se encontró con una sorpresa.
Si bien no podía considerarse dentro de los estándares, la "chica-perro" era más humana de lo que se podía creer.
"Habla llanamente como si fuera una orden. No hay cadencia ni ritmo ni música en su discurso, ni inflexión ni tono", confesó la psicóloga Lyn Fry.
Describió a Oxana como una chica divertida, que le gustaba llamar la atención de las personas, muy cariñosa con todos a su alrededor.
De su recuperación se logró muy poco avance, la edad mental máxima que alcanzó fue de 6 años, sabía contar, pero no sumar, y nunca consiguió leer ni deletrear su nombre correctamente.
Su comportamiento como perro continuó a pesar de caminar erguida. Al parecer prefería estar en cuatro patas.
Lamentablemente, las historias reales distan mucho de lo que nos pudo ofrecer "El libro de la selva" de Disney. La realidad, donde una chica ayudada por una jauría de perros, logró sobrevivir las condiciones que este mundo le ofreció a muy temprana edad nos invita a la reflexión.
JGR