Hay un dicho que dice "la basura de uno, es el tesoro de otro", y no hay mayor verdad que esa en este mundo. Para algunas personas, el desperdicio de una ballena es meramente eso, desperdicio, pero estos pescadores pensaron fuera de la caja y ahora ¡son millonarios por el ámbar gris!
Estos suertudos pescadores de Yemen se encontraban navegando, buscando la pesca de cada día, cuando vieron a lo lejos un cachalote. Pensando en que este espécimen podría tener un tesoro más valioso que el mismo oro, fueron a la búsqueda; uno de los pescadores relató lo ocurrido:
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"Uno de los pescadores de Seriah nos llamó por la mañana y dijo: 'Hay una ballena y puede tener ámbar gris'. Dijimos que iríamos a verla. Tan pronto como nos acercamos, había un fuerte olor y tuvimos la sensación de que esta ballena tenía algo.
Decidimos enganchar a la ballena, llevarla a la orilla y cortarla, para ver qué había dentro de su vientre. Y sí, era ámbar gris… Me sentí muy feliz".
El ámbar gris les resolvió la vida; un millón y medio de dólares fue en lo que vendieron este desperdicio intestinal de ballena. Con el dinero muchos no solo se ayudaron, sino que ayudaron a su misma comunidad de Yemen.
"Compramos casas, porque nos casaremos pronto. Y dimos dinero a los hogares de necesitados".
¿Qué es el ámbar gris?
Y bueno, todo mundo se preguntará qué es el ámbar gris y por qué es tan caro.
Desde hace siglos, el ámbar gris es considerado un artículo de lujo, utilizado antiguamente por grupos religiosos, pasando a formar parte de una dieta afrodisiaca hasta como ingrediente de medicina "cura-todo".
Se trata de los restos de comida del cachalote que quedan atorados en su intestino delgado. Los cachalotes comen calamares, una tonelada de ellos al día.
Algunos calamares poseen una cabeza tan dura que no le es posible digerir a la ballena, por lo que los regurgita.
Pero, en algunas ocasiones, no basta con que haga eso, pues hay restos pesados que se quedan dentro de ella, lastimando sus órganos.
Es entonces cuando el cuerpo de la ballena produce un aceite rico en colesterol, para cubrir poco a poco las cabezas de calamar no digeridas.
Este elemento es el ámbar gris.
Pero, quién realmente se siente interesado por este producto, es la poderosa industria del perfume.
"Es escaso, tiene propiedades muy inusuales -como la de estabilizar las fragancias- y es imposible de fabricar en laboratorio" comenta Christopher Kemp, autor del libro "Oro flotante: una historia natural (y poco natural) del ámbar gris".
Así, el ámbar gris le dio la posibilidad a este grupo de pescadores de volverse millonarios a costa del cadáver de una ballena.
JGR