En este mundo hay multitud de enfermedades y padecimientos que cualquiera de nosotros podría adquirir, incluso las más descabelladas, como adquirir alergia al agua.
Sí, así como lo leíste, hay una rara condición que hace que el cuerpo humano reaccione de forma adversa al agua. La urticaria acuagénica es una enfermedad debilitante e incurable, en donde el cuerpo humano reacciona con erupciones cutáneas al contacto con el agua.
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Si bien no es mortal, es bastante incapacitante tenerla. Así lo hace saber Tessa Hansen-Smith, quien desde los 10 años padece de alergia al agua.
Su vida universitaria es bastante normal, sin embargo, debe tener mucho cuidado con lo que bebe o como se expone al clima. Los baños que suele darse son rápidos y cada dos veces al año. Llorar o sudar significan sufrir, de forma física las consecuencias de su condición.
"Es una enfermedad muy complicada, ya que incluso soy alérgica a mis propias lágrimas, a mi saliva y a mi sudor. Soy muy propensa al agotamiento por calor y tengo que evitar la actividad física".
Exponerse al agua no solo conlleva presentar erupciones en su piel, sino que representa sufrir fiebre y migrañas, tal cual fuera una gripe.
"Yo sufro mucha fatiga muscular y náuseas también, la enfermedad aparece cuando como algún alimento con mucha agua, como algunas frutas y verduras. Incluso beber agua puede causarme cortes en la lengua", confiesa Tessa.
Sabe que la enfermedad no tiene cura, sin embargo, Tessa no dejará que su alergia condicione su propia vida.
"Si soy capaz de ver a mis amigos y seres queridos sin tener que irme pronto por sentirme enferma o de llegar a todas mis clases en un día, lo veo como una victoria" afirmó.
Otros casos de alergia al agua
Recientemente se han dado a conocer más casos como el de Tessa Hansen, donde el agua se vuelve una verdadera enemiga en la vida de las personas.
Alexandra Allen, oriunda de Utah, EE.UU., descubrió que padecía la rara enfermedad a los 12 años, durante un viaje familiar. Su sueño siempre había sido ser bióloga marina y vivir en un velero; tuvo que olvidarse de hacerlo si no quería perder la pelea contra el agua.
A ella, el contacto con el líquido le produce mucho dolor y una sensación desagradable: "Siento como que me he sumergido en un tanque de ácido, no por mucho tiempo, pero el suficiente para tener la percepción de que me han arrancado una capa de piel".
Desde el otro lado del mundo, en Inglaterra, se encuentra uno de los casos más severos de la urticaria acuagénica. Rachel Warwick no puede llorar ni sudar, pues la reacción posterior es una gran hinchazón.
"Si lloro se me hincha de inmediato la cara", comentó en entrevista a la BBC.
No puede salir a la calle si siente que va a llover. Las gotas de agua le producen tanto dolor que la incapacitan momentáneamente. Incluso, beber agua se vuelve un calvario, pues el líquido le deja un rastro de ronchas que dejan lastimada su garganta por horas.
Si bien la alergia al agua aún no tiene explicación científica ni cura, la obtención de datos de los enfermos ayudará a entender cómo funciona el cuerpo humano y, en un futuro, desarrollar una cura a esta enfermedad.
JGR