Hace 35 años, la humanidad se vio afectada por una catástrofe sin precedentes, donde 31 personas dieron su vida para contener el peligro. El terror en Chernobyl parece no terminar aún, pues un sensor que vigila las emisiones de radiación ha cambiado.
El aumento gradual de neutrones en los escombros podría no ser nada, incluso podría disminuir con el paso del tiempo. Sin embargo, la situación se torna preocupante, ya que el lugar donde se registra la actividad es inaccesible.
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Con la explosión de 1986, se cayeron paredes, sellando una gran cantidad de habitaciones y pasillos. Toneladas de material fisionable se esparcieron por el complejo, fundiendo hormigón, metal y arena de las paredes del reactor, haciendo una especie de sarcófago impenetrable.
La cámara, conocida como sala Subreactor 305/2, es la protagonista de esta historia, y la que ha despertado la preocupación de los científicos.
Gracias a la información de Stone Maxim Saveliev, para la revista Science, se sabe que los investigadores del Instituto para Problemas de Seguridad de las Plantas de Energía Nuclear (ISPNPP) se encuentran monitoreando constantemente este cambio.
“Hay muchas incertidumbres”, dijo Saveliev de ISPNPP . “Pero no podemos descartar la posibilidad de un accidente”.
A lo largo de este tiempo, Los isótopos de uranio han tenido actividad, disparando neutrones de su núcleo ocasionalmente. Aquellos neutrones que se acercan al núcleo de otro isótopo, corren el riesgo de desestabilizar su equilibrio, liberando más neutrones.
Con una concentración suficiente de estos, la reacción en cadena podría generar grandes cantidades de energía, traduciéndose en explosiones de gran magnitud.
La situación se complica, pues algunas regiones del lugar, estuvieron semiexpuestas a los elementos, entre ellos el agua, lo que acelera el proceso de descomposición de los átomos en el uranio.
El lento tic-tac de Chernobyl
No se sabe que se puede hacer en torno a este problema. Se conoce que la cámara 305/2 contiene alrededor de la mitad del combustible original de la planta nuclear, pero la falta de información por la impenetrabilidad del lugar hace que sea inseguro un diagnóstico.
Varias sugerencias se barajean en torno al desastre, como sumergirlo en nitrato de gadolinio. Hay planes para una limpieza del combustible con la instalación de un almacenamiento provisional, pero esta se encuentra en espera de una licencia del regulador ucraniano.
Sea cual sea la solución, actualmente el terror en Chernobyl se mantiene constante, vigilante, en espera.
JGR