La tensión en la frontera de Perú con Brasil ante la presencia de una caravana de centenares de migrantes, en su mayoría haitianos, comenzó a desbordarse esta jornada con incidentes entre las autoridades peruanas y grupos de personas, entre ellas numerosas mujeres y niños que cruzaron irregularmente la frontera.
Según relatan testigos en la región selvática de Madre de Dios, un grupo de unos 350 migrantes forzó el paso fronterizo entre las localidades de Iñapari (Perú) y Assis (Brasil) en busca de proseguir su plan para cruzar el país andino y marchar rumbo al norte.
Entre incidentes que se saldaron con cargas policiales, disparos de gases lacrimógenos y empujones, la Policía peruana devolvió a gran parte de los migrantes, en su mayoría haitianos, pero también ciudadanos de países africanos como Sierra Leona, Senegal y Costa de Marfil.
Otro grupo quedó en el estadio municipal de Iñapari, en su mayoría mujeres, varias de ellas embarazadas, y niños pequeños, a la espera de que se resuelva su situación.
Según relató a Efe César González, misionero laico y periodista español que reside en la zona, la tensión se disparó a primera hora de la mañana de este martes, después de una noche de torrenciales lluvias que golpearon los campamentos de la caravana en el lado brasileño de la frontera.
El numeroso grupo se aproximó al puente donde se sitúa la frontera y logró cruzar, lo que desató la reacción de las autoridades con episodios de violencia que afectaron también "a las mujeres y a los niños".
A lo largo de la mañana de incidentes, la caravana se dividió en dos grupos y uno, compuesto en su inmensa mayoría por hombres, fue llevado de regreso a Brasil y permanece en el área de la frontera.
Otro permanece en el Perú, si bien poco a poco los migrantes están siendo también regresados a su punto de origen.