El doctor José Antonio De La Chica, especialista en Imagen Cardiaca del Servicio de Cardiología del Hospital Quirónsalud Málaga, ha resaltado que la revisión cardiovascular en deportistas amateurs es igual de necesaria e imprescindible que en los deportistas profesionales, ya que "actualmente, muchos de los deportistas amateurs realizan una carga de ejercicio vigoroso muy parecida a la de los profesionales de élite y una revisión básica cardiológica puede evitar casos desafortunados de muerte súbita, dentro de este grupo poblacional".
En la última década, el ejercicio físico de alta intensidad se ha disparado entre la población general, por lo que muchos deportistas amateurs suelen y deben acudir a la consulta de cardiología para saber si están fuera de peligro cuando realizan actividades exigentes, como maratones, ultra trails o triatlones, entre otras especialidades deportivas.
De La Chica expone que "el ejercicio físico vigoroso mantenido a lo largo de los meses provoca cambios adaptativos en el corazón". "Quizá el más conocido sea la bradicardia en reposo o frecuencia cardiaca por debajo de 60 latidos por minuto. Pero este no es el único; el corazón del deportista amateur también se dilata y se hipertrofia para poder cumplir con la alta demanda de aporte de oxígeno que se produce durante esfuerzos de elevada intensidad", ha añadido.
En el deportista de élite, los esfuerzos en investigación se han volcado principalmente en diferenciar el corazón de atleta de la miocardiopatía hipertrófica, una de las enfermedades hereditarias del músculo cardiaco más temidas en el mundo del deporte.
Sin embargo, el doctor resalta que "a raíz de la investigación que acaban de publicar, la miocardiopatía no compactada en la que el corazón desarrolla una morfología esponjosa es otra de las enfermedades que se debe tener en cuenta, puesto que su apariencia es muy similar a los cambios adaptativos que suceden en deportistas sanos".
"Nuestro esfuerzo se dirige a distinguir qué deportistas pueden tener esta enfermedad de base genética y qué otros tienen simplemente una adaptación fisiológica al ejercicio vigoroso, para evitar que la enfermedad progrese en los primeros y para que no se interrumpa innecesariamente la práctica del deporte en los segundos", sentencia el doctor e investigador De la Chica.