Mientras que Alejandro “Alito” Moreno, exgobernador de Campeche y dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional y que busca la reelección al frente del partido tricolor, ha amasado una fortuna que ha desatado múltiples controversias y señalamientos, de acuerdo con diversos reportes periodísticos.
El PRI en Tamaulipas se encuentra en virtual bancarrota.
Su edificio en el estado fue asegurado por la Fiscalía General de Justicia, para presuntamente garantizar el pago de demandas por incumplimiento de pagos a sus empleados.
Al inmueble ubicado en Ciudad Victoria le fueron colocados sellos con el mensaje “Asegurado UADR CI 2490/2024” y con logotipos de la Fiscalía General de Justicia del estado, y de acuerdo con medios locales, se debe a al menos seis demandas presentadas por empleados y exempleados que exigen el pago de salarios y prestaciones.
La Fiscalía no ha emitido un comunicado sobre esta situación; sin embargo, representantes laborales de los trabajadores han declarado a medios que temen que si no se previenen, los dirigentes podrían rematar el edificio, por lo que ellos quedarían desprotegidos por los adeudos del instituto político.
Algunas de las demandas tienen su origen en los años 2016, 2017 y 2020, comentó un representante del PRI a medios de comunicación.
El tricolor ha enfrentado una desbandada de militantes, y en las pasadas elecciones, obtuvo una escasa cantidad de votos. Además, su líder nacional vive en la opulencia y ha amasado una fortuna que ha desatado múltiples controversias y señalamientos.
Una de las muestras más elocuentes de su lujo es la mansión en Campeche, compuesta por 17 terrenos. El más reciente escándalo en torno a “Alito”, es la difusión en el periódico Reforma de que desde 2014 adquirió un tramo de playa de 305 mil metros cuadrados en la zona costera de Champotón, terreno que adquirió, según el diario, en 100 mil pesos, es decir, a 33 centavos el metro cuadrado.