En México existen y existieron muchas personas con cualidades únicas y especiales, tal como se retrata en Pepito el Terrestre, el hombre más alto de México que vivió en, Tampico, Tamaulipas.
Con dos metros 30 centímetros, José Calderón Torres fue considerado por mucho tiempo el hombre más alto de México, recordado por los tamaulipecos como el gigante bondadoso que no se dejaba de nadie
De dónde viene su apodo
José Calderón Torres, nació en la colonia Arenal, entre 1914 y 1915, y fue un trabajador del Gremio Unido de Alijadores y Terrestres, el primer sindicato ubicado en la calle Rivera o Héroes del Cañonero Tampico de la zona centro de Altamira. Su conocido apodo entre los tampiqueños, más que una muestra de cariño, era más bien irónico, por su tremenda altura.
En 1956, al cumplir 15 años en Alijadores, Pepito dejó las duras jornadas laborales que le dejaron una enfermedad pulmonar.
Evidentemente las ofertas de trabajo por su acromegalia, síndrome que le dotó de tal altura, no se hicieron esperar. Uno de los circos que se instalaban en el terreno en donde hoy es la plaza 20-30 de Tampico, le ofrecieron trabajo y con buen salario para hacer una gira por México, sin embargo, no aceptó por no dejar a su madre sola.
Francisco Ramos Alcocer, historiador de Tampico, comentó que otra de las cosas más impactantes de Pepito es que este tenía las manos tan grandes que abarcaba gran parte de la cabeza de un niño. De hecho, sus zapatos eran hechos por un zapatero a demanda, especiales para él y sus enormes pies.
"Había un zapatero que hacía especialmente zapatos para Pepito, pues en aquellos años no se vendían porque se salía de los parámetros, el zapatero maldoso los ponía en el mostrador y a la gente que pasaba y los veía les decía que si les quedaran que se los llevara cuando lógicamente a nadie le iban a quedar unos zapatos tan grandes", platicó.
El fuerte gigante
Algunas de las vivencias que quedaron entre quienes conocieron a José Calderón era su tremenda fuerza. Cuentan que una vez unos policías, a bordo de de una patrulla Volkswagen comenzaron a burlarse de él, su paciencia se acabó y volteó la unidad policiaca solo con sus manos y el esfuerzo humano.
Pese a este relato, muchos concuerdan que Pepito el Terrestre era una persona noble, un hombre que no se metía en problemas, pero siempre dispuesto a defender a quien no pudiera.
El considerado hombre más grande de México falleció el 15 de octubre de 1975 a los 58 años de edad y fue enterrado en el panteón municipal de la ciudad, convirtiéndose así en una verdadera leyenda. Por lo anterior, en la Plaza de Armas (o Plaza de la Constitución) de Tampico existe una escultura de Pepito el Terrestre, sentado, en representación de su carácter noble y justo.