Ciudad Victoria.- Lucía Aimé Castillo Pastor, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de Tamaulipas, reveló que se recibió la educación en una situación compleja, un terreno minado en lo administrativo que buscó generar ingobernabilidad en el sistema y tensión con los docentes, un sector abandonado en su función pedagógica que antepuso intereses de grupo y partidistas al interés superior de la niñez, que no deben quedar impunes.
Hizo hincapié en la ausencia del programa sectorial, la falta de una cultura de planeación y el desorden administrativo que provocó opacidad, tuvieron consecuencias nocivas para la educación. En Tamaulipas se observó un decremento de los indicadores educativos.
“Del ciclo escolar 2016-2017 al ciclo escolar 2021-2022 observamos la disminución en 6.5 puntos porcentuales en la cobertura de educación básica y de 6.1 por ciento en la tasa neta de escolarización en la población de 3 a 14 años”, refirió.
Al comparecer en el Congreso del Estado para la glosa del Primer Informe de Gobierno, Castillo Pastor sostuvo que desafortunadamente la forma en que se condujo y gestionó la política educativa tuvo como herencia un sistema educativo estatal carente de una orientación clara y de visión de largo plazo, sin organización de sus procesos internos, ni cumplimiento de la norma y sin respuesta cierta para hacer frente a la crisis educativa acentuada por la pandemia.
“¡No hubo Programa Estatal de Educación, lo que mantuvo atomizado el esfuerzo de muchos de los actores que sostienen su compromiso con la educación!”, señaló.