El piloto del empresario Sergio Carmona -quien fue asesinado el año pasado en el vecino Estado de Nuevo León-, Miguel Ramírez Morales, contradijo las afirmaciones de la Fiscalía de Justicia de Tamaulipas, a cuyo personal denunció por los delitos de tortura, extorsión y de obligarlo a declarar en contra de funcionarios y políticos de Morena.
En su denuncia interpuesta el lunes 8 de agosto ante la Fiscalía General de la República, reveló que dos personas (hombre y mujer) que se identificaron como funcionarios de la Fiscalía General de Tamaulipas acudieron a un domicilio el 25 de julio con la presunta intención de que Ramírez Morales testificara en el sentido estricto que dijera lo que el par de supuestos funcionarios le indicaban o de los contrario lo acusarían de lavado de dinero.
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“Llevaban hecha una carpeta y me obligaron a firmarla, Me lo estuvieron repitiendo varias veces, que mejor no tuviera problemas, pues si no accedía a llevar esa diligencia, seguro tendría muchos problemas”, detalló la denuncia.
En un principio, explicó el piloto, accedió a la presión de los presuntos funcionarios estatales, ante la magnitud de las amenazas llenas de pretensiones de apresarlo si no firmaba la declaración en la que asegurara que personajes de la política habrían volado en las aeronaves de su propiedad.
“No estamos jugando, si no firmas lo que traemos, el que va a tener problemas eres tú y hasta detenido podrías quedar. Me sentí acorralado y con miedo porque fueron muy insistentes en que la investigación que llevaban era muy grande y delicada, por eso accedí”, testificó.
En su interacción con los supuestos agentes estatales, a Ramírez Morales se le insistió que revelara además, detalles de los funcionarios o políticos que pretendían involucrar en señalamientos.
“Dijeron que les aportara toda la información referente a las personas que me estuvieron mencionando y que además les presentara un escrito adjuntando todo eso, más los depósitos, pagos y planes de vuelo de los aviones; que era mejor que yo lo presentara voluntariamente, pues si no lo hacía, ellos podían obligarme a entregarla u obtenerla por sus medios”, explicó.
Entre los documentos que accedió inicialmente a firmar bajo presión, se encontraba un citatorio con fecha previa al día en que fue aproximado por los presuntos funcionarios estatales.
“Me dijeron que esa investigación llevaba mucho tiempo, que tenía todo y que sabían que supuestamente los aviones no eran míos, que yo era prestanombres de Sergio Carmona y que si no accedía a colaborar con ellos se iban a encargar de explotar eso, aunque durante la entrevista me di cuenta que estas personas ya conocían que yo era el propietario de los aviones, y que esto sólo lo utilizaron como una forma de amedrentarme”, puntualizó.
En la denuncia de hechos en contra de quien o quienes resulten responsables, Ramírez Morales responsabilizó al fiscal de Tamaulipas, Irving Barrios, de lo que le ocurriera al primero y su familia, pidiendo a la FGR considerar incluso medidas de protección en caso de ser necesario.