La Iglesia Católica reconoce la legalidad de los matrimonios igualitarios aprobados por el Congreso de Tamaulipas, pero se mantienen firmes en la postura tradicional de un matrimonio es entre un hombre y una mujer.
No se celebran dentro de una iglesia matrimonios entre personas del mismo sexo, pero no son condenados, ni jugados ni rechazados, por lo que las puertas de la iglesia están abiertas para estas parejas.
"La postura de la iglesia no varía, ustedes habrán escuchado a lo largo de los años, en los distintos congresos lo que se ha venido aprobando, y ahora que se aprobó en el Congreso de Tamaulipas, de todos modos la iglesia sigue firme a partir de una creencia en cristo, el matrimonio es entre un hombre y una mujer, respetamos las uniones entre personas del mismo sexo no los condenamos, pero realmente en nuestras convicciones de fe, un matrimonio es entre un hombre y una mujer", manifestó Enrique Sánchez Martínez, Obispo de la Diócesis de Nuevo Laredo.
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Dijo que estos matrimonios deben de ser llamados de otra manera y expresó que es bueno que les dieron un reconocimiento legal.
"En el catecismo de la iglesia viene una postura nuestra, bien equilibrada, no los rechazamos ni los condenamos, al contrario, están creciendo grupos en favor de estas personas para acercarlos a la iglesia, porque hay un sentimiento contra la iglesia de que nosotros los rechazamos y los señalamos, pero no es así, simplemente no podrían casarse por la iglesia de manera tradicional.
"Lo que decimos es que no podrán casarse dentro de la iglesia como un matrimonio normal entre un hombre y una mujer, simplemente los respetamos, respetamos sus derechos y orientaciones", dijo el Obispo.
"Nosotros tenemos una actitud muy abierta, de equilibrio, de libertad, de poder, tener un acompañamiento hacia ellos, han
surgido grupos de jóvenes dentro de la iglesia que manifiestan orientación hacia otro sexo, a su mismo sexo, y los acompañamos sin juzgarlos y sin rechazarlos, creo ahí es la posición de la iglesia y si se aprobó en el congreso adelante nosotros no tenemos nada que decir", concluyó el Obispo de Nuevo Laredo.