Fernando Ruiz Flores, de solo 19 años era el más chico de cinco hermanos, y su objetivo en la vida era graduarse de técnico en enfermería, trabajar y seguir estudiando, hasta ser doctor. Fue una de las víctimas de la balacera de Reynosa.
Durante la tarde de ayer, cayó abatido por las balas de un comando armado que lo ejecutó a él y a dos de sus compañeros de trabajo, mientras que un cuarto quedó gravemente herido.
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Enfermero,entre las 13 víctimas
Ruiz Flores es uno de las 13 personas que fueron acribilladas por grupos armados que ingresaron a la ciudad de Reynosa dentro de una pugna interna del crimen organizado.
Las autoridades confirmaron que cuatro delincuentes fueron abatidos al implementarse el operativo de seguridad que se implementó para buscar a los presuntos responsables.
La cifra actual de decesos por los hechos de sangre fue de 18 muertos, cifra confirmada por autoridades policiacas locales.
Olga, la hermana de Fernando, acusó que los delincuentes lo mataron a sangre fría.
Para poder pagar su carrera, el estudiante de enfermería le pidió trabajo a su padrastro quien desempeña labores de plomería.
Fernando tenía su domicilio en Río Bravo y diariamente se trasladaba a Reynosa a laborar. El sábado se encontraba en la colonia Almaguer arreglando el drenaje de una casa.
Cuando escuchó los disparos le gritó a sus compañeros que se metieran pero el comando armado los alcanzó y Fernando y otros tres de sus compañeros fueron ejecutados. El padrastro intentó correr pero una bala alcanzó a hacerle un rozón.
Doble victimización
A la familia les exigieron documentos que acreditaran que Fernando no era delincuente.
Sus familiares tuvieron que buscar fotografías con sus compañeros de clase, con la familia y pruebas de que él se encontraba estudiando enfermería,
La presidenta municipal de Reynosa, Maki Ortiz, exigió a las autoridades de seguridad el esclarecimiento de las muertes y pidió protección a la ciudadanía de aquella población fronteriza.
Tarda gobierno del estado más de un día en emitir un comunicado
Después de una ausencia de 24 horas del suceso, el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, solo atinó a emitir un comunicado en las redes sociales "condenando los hechos" y donde aseguraba haber girado instrucciones para esclarecer lo ocurrido y proceda contra los responsables.
Los comerciantes dijeron que el sábado los negocios cerraron temprano, porque muy poca gente se animó a salir en la noche ya que el miedo a nuevas balaceras fue más fuerte.
Hoy, la ciudad amaneció sola y sus habitantes y comerciantes empezaron a salir de sus domicilios.